El gobierno del Partido de la Liberación Dominicana que encabeza el doctor Leonel Fernández no es el resultado pleno de la "voluntad popular": es fruto de un fraude electoral conocido como "La Cadena", que le sumó alrededor de 250 mil votos y le garantizó el "triunfo" en la primera vuelta.
Esa "Cadena" le costó al PLD unos 400 millones de pesos.
Fruto de la "Cadena", partidos minoritarios que nunca habían logrado altas votaciones, en los comicios del 2004 "sorprendieron" a la Opinión Pública con su "crecimiento" inusitado. El PLD obtuvo el 49% de los votos. Los aliados el 8% que le permitió el "triunfo" en la primera vuelta.
Ahora el PLD y sus "aliados" pretenden repetir la "Cadena" con la esperanza de "ganar" en por lo menos 17 provincias, las cuales fueron definidas en una reunión realizada no hace mucho.
¿Cómo se prepara ese fraude? Grupos de profesionales convertidos en asociación de malhechores toman todas las mesas electorales. Calculan la cantidad de votantes. Estudian las encuestas en cada provincia para determinar cuántos votos necesitan para "ganar". Calculan cuántos millones de pesos precisan para lograr el "triunfo".
El día de las elecciones colocan el personal adecuado en cada mesa. Ya tienen el padrón en sus manos. Saben quiénes son los reformistas y los perredeístas. Conocen a los "indecisos". Es decir, tienen todos los datos en sus manos.
¿Cómo se lleva a la práctica? Perdiendo el primer voto. Una persona acude a la urna con una boleta falsa en los bolsillos o en la cartera. En la mesa le entregan una boleta sellada y firmada. Esa persona echa en la urna la boleta falsa que luego será declarada nula.
La boleta sellada y firmada, que no fue depositada en la urna, se le entrega a la persona que espera fuera a cambio de una determinada cantidad de dinero. Ahí comienza la Cadena.
Esa boleta auténtica es marcada con los candidatos del PLD y del gobierno. Se le entrega al votante que al llegar a la mesa recibirá otra boleta, sellada y firmada. Depositará la que ya le entregaron en la calle o el lugar destinado.
Volverá a recibir su paga con otra boleta sin marcar. Así continuará la Cadena. Cuesta mucho dinero, pero es muy eficiente. Se hizo en las elecciones pasadas y le dio el "triunfo" arrollador al doctor Leonel Fernández.
Para evitar que se repita La Cadena, los partidos que integran la Gran Alianza Nacional deben exigirle a la Junta Central Electoral la eliminación de las casetas, que el voto siga siendo secreto, pero no oculto.
Como lo que es igual no es ventaja, la JCE puede eliminar las casetas y colocar un podium de tal manera que el votante sólo tenga que colocarse de espalda y marcar las boletas en presencia de las autoridades y los delegados de las mesas electorales. Así se evita el "voto clandestino" o "secreto". Nadie podrá sacar del bolsillo o la cartera otra boleta falsa, marcada o sin marcar.
El voto tiene que ser en presencia de todos los delegados, del presidente y el secretario de la mesa electoral.
¡Mientras más claridad, mayor amistad!
La JCE debe igualmente prohibir los celulares a la hora de votar. En este país hay más de tres millones de personas con teléfonos móviles. Cualquier maleante puede decirle a un hombre o una mujer que le pagará mil o dos mil pesos si vota por los candidatos del gobierno, que sólo tiene que hacerle una foto a la boleta y presentársela como prueba.
Y repito, como lo que es igual no es ventaja, el PLD se opondrá a esa medida. (¿?).
La Cadena le costó la Presidencia a Hipólito Mejía. Ojalá que ahora no le cueste al PRD y al Partido Reformista el Congreso y los ayuntamientos.
El presidente Fernández invierte una fortuna para imponer su voluntad en las cámaras legislativas. Si la compra de dirigentes y candidatos de la oposición no es suficiente, entonces venga la Cadena.
El presidente Fernández tiene un plan muy ambicioso. Con el Congreso en sus manos, podrá disponer luego de todos los poderes. Y para que nadie se mueva, las Fuerzas Armadas y la Policía estarán atentas para garantizar el orden legalmente constituido. Es decir, tendremos otra maldita dictadura.
¿Sabe la rancia y anacrónica oligarquía del país lo que está en juego? ¿Saben los dueños de los medios de comunicación que están poniendo en peligro la paz social? ¿Lo saben?
Sea como sea, los dirigentes de la Gran Alianza Nacional están obligados por las circunstancias a colocarse por encima de sus propios intereses y evitar que el PLD y el presidente Fernández logren sus propósitos, porque de lo contrario, llorarán lágrimas de sangre. ¡Y el pueblo dominicano también!