VIENA, Austria (Pablo Guerrero, enviado especial). Una América Latina dividida y peleada enfrenta hoy a la poderosa Unión Europea (UE) durante la IV Cumbre birregional, que se celebra en esta ciudad. Para los europeos, los presidentes de Bolivia y Venezuela, Evo Morales y Hugo Chavez, respectivamente, frenan las negociaciones, que buscan básicamente un acuerdo comercial.
MERCOSUR contribuye también con sus problemas al clima de enfrentamiento que viven actualmente los 33 países de América Latina y el Caribe con los 26 de la UE. Paraguay y Uruguay, los socios menores del bloque sudamericano, están pensando seriamente solicitar un permiso especial para negociar acuerdos de libre comercio con otros países. Mientras tanto, los socios grandes como Argentina y Brasil no priorizan el proceso de integración y mantienen sus trabas en la frontera.
A 15 años del Mercosur, Paraguay sigue enfrentando dificultades en la frontera con Argentina y Brasil mientras que Uruguay sostiene hace un año una disputa con Argentina, porque este país impide la instalación de dos papeleras en territorio uruguayo.
La negativa argentina molesta no solo a Uruguay sino también a la UE, porque la inversión papelera tiene capital de España y de Finlandia, ambos miembros de la Unión Europea.
A tal punto llega la pelea que los presidentes de Uruguay y Argentina, Tabaré Vázquez y Néstor Kirchner, respectivamente, no pueden compartir una misma sala en esta IV Cumbre en Austria para defender los intereses del Mercosur.
Tabaré, por ejemplo, no asistirá a la reunión de presidentes del Mercosur con sus pares de la UE, que llevara a cabo mañana y así como están las cosas el mandatario uruguayo no iría a la Cumbre del Mercosur, a realizarse en Rosario (Argentina) después de la Copa Mundial de Fútbol (probablemente el 18 de julio).
Bolivia, socio comercial del Mercosur y miembro pleno con la Comunidad Andina de Naciones (CAN), se enfrentó hace 15 días con Brasil porque el Gobierno de Evo Morales decidió nacionalizar los hidrocarburos, lo que afectó duramente a la poderosa brasileña Petrobrás y a Repsol (importante inversión argentina-española), que trabaja en territorio boliviano.
Repsol envío una carta al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso (portugués), para que la UE intervenga en defensa de la millonaria inversión de la empresa. Pero cuanto presidente europeo se cruzaba con Evo en esta ciudad le daba una recriminación por la medida "sorpresiva e inconsulta", que desalentaba las inversiones no solo en Bolivia sino también en el Cono Sur, eso incluye Paraguay.
Venezuela también mantiene disputa con Brasil por la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia, porque según los colegas venezolanos presentes en Viena, Chávez aconsejó a Evo tomar esta determinación "en defensa de los intereses bolivianos" y para "desinflar políticamente" al presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva.