La Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y radiofonía (CNEP) es muy clara y especifica en cuanto a los bailarines (as) y sus categorías. Bien, si nos ponemos a observar los programas televisivos de factura local, nos damos cuenta que sus producciones se enriquecen con bailarinas.
Esta entidad, en uno de los tantos artículos que le dan vida al obsoleto Reglamento 824, los clasificas en dos categorías.
Pasando paginas a la izquierda, me tope con uno de sus pintorescos artículos que se lee, específicamente, el 118: “Los bailarines serán clasificados en dos categorías (a) y (b). Se consideraran de categoría (a), aquellos que se dediquen específicamente a bailes coreográficos, ballet, danzas, y que se presenten en televisión y centros considerados de primera categoría, a juicio de la CNEP. De categoría (b), los que se dediquen a bailar rumbas, danzas africanas, streap-tease y todos los bailes que sean considerados atentatorios a la moral y al pudor publico.” Agrega un párrafo a ese articulo, que se lee: “los de categoría (b), no podrán presentarse en televisión ni programas vivos en los cuales se permita la entrada de menores”. Que contraste, porque eso “se ve a diario; jovencitas dando movimientos lujuriosos en programas al mediodía, incluso, hasta los denominados infantiles”.
De lo que si estoy seguro: que ninguna de esas bailarinas han sido notificadas por esa institución para clasificarlas e indagar su profesionalidad para ejercer el oficio en determinados escenarios.
Programas como “Sábado de Corporal”, “La Opción de las 12”, “The Factory”, “El Kan del 4”, Divertido con Jochy”, “Perdone la hora”, “La Noche con Yoryi”, aligeran sus producciones con ofertas de jovencitas bailando, muchas veces menores de edad.
Bailan, dan golpes de barriga, el baile del perrito, la danza de Shakira, entre otros pasos, todas las semanas sin que la CNEP “se pronuncie en ese sentido”.
Los rostros de algunas de esas denominadas “bailarinas”, quienes muchas veces se exceden en sus movimientos, detallan su juventud. No es bueno comparar, dicen algunos teóricos del patio, pero si vemos producciones extranjeras que soportan sus propuestas en bailarinas, observaremos la profesionalidad ante todo, y luego la madurez de las mismas; ademas de sus pasos coreografiados y nunca se “pasan” en movimientos inmorales “porque piensan en un publico que merece respeto”. Los directores de cámaras de esos programas, tampoco ponchan “tomas que retratan sus partes intimas, ceñidos a los pantalones licras”.
Querer es poder, inicien con ese caso, no nos oponemos, pero debe realizarse como lo indica la Ley. Los productores de programas de televisión deben ofrecerle al público producciones con calidad y que cumplan con las exigencias modernas, olvidándose de pagar menos y usar menores “carente de conocimientos en el área”.
Es interesante señalar, que en el apartado VIII, que se refiere a los Artistas; un párrafo precisa “los bailarines serán examinados por un miembro de la CNEP y un profesor de bailes de coreográficos, un miembro de la Dirección de Bellas Artes y un profesor de danzas folclóricas”.
Tantos artículos ridículos e infuncionales conserva este Reglamento. Esas jovencitas que bailan en los programas de televisión, antes mencionados, “no han pasado por un riguroso examen, y ni tampoco tienen un carnet que la acredite como tales”. Ojala esta, entidad, que según algunos, “solo sirve para que los compañeros cobren” o para prohibir una que otra cancioncita de un rapero o un merenguero plebe, se ponga en eso, en serio.
.