Los dominicanos y dominicanas deben acudir a votar este martes.
La democracia dominicana, si queremos mejorarlas, requiere de la participación de cada ciudadano en los momentos estelares.
A este diario no le satisface el modelo político y económico reinante, pero ante la inmediatez de las elecciones el 16 de mayo, no dispone de otra alternativa a recomendar que no sea votar.
En realidad, acuden como siempre tres partidos mayoritarios a las urnas, ante cuyas campañas millonarias los electores se sienten atrapados, sin opciones.
Sin embargo, quien desee mirar más allá de las barreras morada, blanca y colorá, encontrará que hay otros partidos y candidatos por quienes se podría sufragar.
Lo ideal sería que quienes impugnen a esos tres partidos, en vez de llamar a no votar, optaran por exhortar a fortalecer a las otras opciones políticas.
Sin embargo, al igual que la mayoría de los dominicanos, hay contestatarios del actual modelo político, atrapados en las barreras morada, blanca y colorada.
Esos críticos quisieran ver que los partidos que los tradicionales cambiaran o desaparecieran, en vez de asumir la tarea que construir una alternativa política, como ha venido ocurriendo en Venezuela, Bolivia y Perú, donde a través de elecciones las fuerzas populares han ascendido al poder.
De manera que en los comicios del martes, los dominicanos tienen opciones, aunque no sean las ideales para cada quien, que bien podrían escoger.
Incluso, entre los tres grandes partidos PRD, PRSC y PLD, bajo el actual sistema electoral el elector podría perfectamente castigar a quienes entienden representa lo peor en cada una de esas organización.
No votar es colaborar con que pasen los peores candidatos de cada partido, y que los grupos más corrompidos de la burocracia partidaria controlen las instancias de poder.
Por eso entendemos que los dominicanos deben acudir a las urnas, a emitir su voto crítico, pero jamás ausentarse de la misma.
Deben de acudir a castigar a los tradicionales comparadores de conciencia y repartidores de prebendas, castigar a quienes no han obrado correctamente desde las cosas públicas y a quienes han derrochado millones en publicidad electoral, dinero que de seguro no podrán recuperar solo con el sueldo de legislador o síndico o regidor.
Si se queda en su casa otros decidirán por usted, entonces mañana cuando le fallen no podrá reclamarle nada a esos funcionarios.