LICEY AL MEDIO (Santiago).- El Partido de la Liberación Dominicana logró retener el Ayuntamiento, al alcanzar por encima del 50 por ciento de los votos emitidos durante el finalizado proceso electoral, que aquí se llevó a cabo sin mayores problemas. “Me siento contento y orgulloso de mi pueblo”, proclamó Humberto Triunfel,luego de conocer los resultados, por lo que permanecerá por otros cuatro años al frente de la administración municipal de este pueblo, que tiene una población de casi 40 mil habitantes.
La licenciada Nuris Ureña, quien es una profesional ligada estrechamente al sector pecuario en esta zona, es la acompañante de Triunfel en la vicesindicatura. Ella también se confesó feliz del triunfo de su partido, del que su esposo Félix Henríquez, es el principal dirigente.
La cúpula del PLD aquí y los candidatos ganadores estaban convocando a la militancia para la realización de una caravana por las diferentes comunidades y luego a una fiesta que tendrá lugar en el Parque Municipal en horas de la noche.
El partido en el poder logro arrebatar en el 2002 el Ayuntamiento al PRD que, en manos de Fernando Rosario (Moreno) lo dirigió por ocho años. Ahora logra retenerlo.
Triunfel dirigió un mensaje a la población, en el que le expresa su agradecimiento por haberlo apoyado una vez más y prometió redoblar los trabajos en beneficio de los distintos sectores, sin pensar en colores partidarios, credos religiosos o social, ni color de la piel de los favorecidos.
“Gracias Licey al Medio, gracias mi gente, y pueden estar seguros que no los voy a defraudar”, expresó Triunfel en su mensaje, al tiempo que invita a los liceyanos a celebrar esa victoria, que la calificó de histórica.
Mientras tanto, la Junta Electoral de Licey continúa con sus labores de conteo y reconteo de votos, asi como en el proceso de validación de actas pero, con la cantidad alcanzada por el PLD, por lo menos le asegura tres regidores en la Sala Capitular, que es la misma cantidad que tiene en la actualidad.
El proceso se llevo aquí en completo orden, amen de algunas discusiones y amenazas, aunque en ningún momento las aguas llegaron al río, quedándose todo en eso: en palabras.