WASHINGTON . ABN.- Al acusar sin pruebas a Venezuela de no cooperar en la lucha contra el terrorismo y las drogas, el gobierno de Estados Unidos (EEUU) intenta aislar al país internacionalmente y preparar el terreno para una eventual invasión armada, aseguró este jueves el embajador venezolano en esa nación, Bernardo Álvarez.
La denuncia la hizo el diplomático en la capital estadounidense, en un desayuno con la prensa internacional realizado en su residencia.
«Es inaceptable que traten de utilizar, para un propósito político, acusaciones que son falsas, que se repiten y se repiten para justificar una intervención militar», dijo Álvarez.
El embajador recordó que no es la primera vez que Washington emprende una campaña de desprestigio con falsas acusaciones para allanar el terreno a una agresión armada contra una nación extranjera.
«Fue con la excusa de buscar supuestas armas de destrucción masiva que invadieron a Irak», apuntó.
Destacó que no existe ninguna organización internacional ni ningún país que diga que Venezuela ha promovido el terrorismo o que tiene algún tipo de relación con actividades terroristas.
«Excepto el Departamento de Estado estadounidense, nadie ve a Venezuela como un país que apoye, promueva o cometa actos de terrorismo», enfatizó.
La última arremetida de Washington en contra de Venezuela fue el anuncio, esta semana, de que no permitirá la venta de armas o componentes de equipos militares al país suramericano por su supuesta falta de cooperación en la lucha antiterrorista.
El embajador Álvarez consideró irónico y cínico que acusen a Venezuela de no cooperar en materia de terrorismo, cuando las autoridades estadounidenses no han respondido a la solicitud de extradición de Luis Posada Carrilles, a quien ellos mismos han calificado como un terrorista peligroso.
Como otro ejemplo de cinismo por parte de EEUU, mencionó el caso de los dos militares retirados involucrados en la colocación de bombas en dos sedes diplomáticas en Caracas, Antonio Colina y Germán Varela, recientemente liberados en El Paso, Texas, por las autoridades de inmigración estadounidenses.
Explicó que, según las leyes internacionales, según el tratado bilateral entre Estados Unidos y Venezuela, e incluso según las leyes estadounidenses, si un criminal no se extradita, debe sometérsele a juicio.
«Debían ser enjuiciados en Estados Unidos y éstos dos militares están libres», se lamentó Álvarez.
Para el diplomático, la prohibición de venta de armas no es nueva, puesto que ya Washington había venido bloqueando y retardando el envío de repuestos para los aviones de la Fuerza Armada venezolana, violando el contrato de ventas.
Asimismo, el Departamento de Estado norteamericano ha demorado la aprobación de licencias, como ocurrió con la requerida por la compañía Turbo Power, que envía motores para los aviones T-56, por 16 millones de dólares.
Además, destacó que la falta de repuestos obstaculiza las labores de vigilancia y patrullaje en las fronteras.
«Tenemos partes de aviones que están paralizadas en Miami desde hace años y no recibimos respuesta. Tenemos licencias y contratos comerciales y muchas de estas partes son necesarias, justamente, para combatir el narcotráfico y controlar las acciones ilegales en el país», dijo Álvarez.
Indicó que la Embajada de Venezuela preguntó al Departamento de Estado cuál sería la extensión de la medida de prohibición de armas, pero no ha obtenido respuesta.
«No hemos recibido ninguna notificación, nos hemos enterado por reportes de prensa», dijo.
Para el diplomático venezolano, la escalada en contra de Venezuela no está exenta de ironía, puesto que el mismo día en que el Departamento de Estado acusó a Venezuela de albergar a guerrilleros colombianos, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, felicitó al presidente Hugo Chávez por contribuir con las negociaciones de paz.
Refirió que ha solicitado a los parlamentarios estadounidenses, a través de cartas dirigidas al Congreso, que organicen una audiencia con miembros de la Oficina Nacional Antidrogas para explicar lo que Venezuela está haciendo en materia de lucha contra el narcotráfico.
«Pero tenemos la percepción que ellos no quieren hablar, solo quieren usar estas acusaciones como instrumento político en contra de Venezuela», apuntó.