PUERTO PRINCIPE.- René Preval, presidente de Haití, llamó a la población de este país caribeño a unirse para restaurar la nación, lo cual agilizaría el término de la misión foránea aquí. Aunque reconoció que la ayuda de Naciones Unidas a través de la Misión Estabilizadora (MINUSTAH) es todavía necesaria, abogó por la batalla colectiva para garantizar el retiro de los soldados.
Según citaron los medios, el gobernante advirtió que "mientras más rápido logremos la paz, más rápido podrán irse los soldados extranjeros".
Igualmente afirmó que es imprescindible trabajar fuerte y unidos para no tener que pedir más ayuda.
En una ceremonia por el 203 aniversario de la bandera, urgió también a los haitianos a esforzarse por mejorar la producción y fomentar la industria del turismo, que representa un buen potencial para la economía.
Preval asumió el domingo pasado la presidencia del estado más pobre del Hemisferio Occidental, que además experimenta una severa crisis agudizada desde febrero de 2004.
La inestabilidad político-económica nacional se aseveró luego de un golpe de estado propinado hace dos años al entonces dignatario, Jean Bertrand Aristide, el cual desató fuertes enfrentamientos armados entre seguidores del depuesto mandatario y el gobierno interino.
Desde entonces, Naciones Unidas envió una fuerza de paz, para colaborar con el restablecimiento del orden y luego con el proceso de elecciones generales.
Actualmente se encuentran en territorio haitiano nueve mil soldados, fundamentalmente de Brasil y Chile, liderados por el guatemalteco Edmond Mulet, quien reemplazó hace pocos días al chileno Juan Gabriel Valdés.
Mientras, y para reavivar el patriotismo haitiano, Preval desarrolla actos por varias comunidades de esta nación como la ceremonia de la bandera, realizada en la localidad de L Arcahaie, al norte capitalino.
Anteriormente, el jefe de Estado colocó una ofrenda floral ante la estatua Jean-Jacques Dessalines, esclavo emancipado y uno de los protagonistas de la guerra de independencia contra los franceses, que derivó en la primera revolución negra del continente americano.