Mientras haya gente que venda cédulas y ande detrás de candidatos por prebendas, el voto tendrá muy poco valor democrático.
Mientras que la razón para activar en un partido sea la de garantizarse un empleo, en el peor de los casos una “botella”, (o sea, cobrar sin trabajo), el voto tendrá muy poco valor democrático.
Mientras en los partidos estén despojando a los de sus candidaturas a quienes de ante manos las han ganado, para adjudicársela a alguien que no se ha sometido al escrutinio de las bases partidarias, el voto tendrá muy poco valor democrático.
Mientras se utilicen los recursos del Estado para comprar a tránsfugas, la mayoría de ellos individuos sin futuro político, oportunistas consagrados, que en campaña se creen mercancía, el voto tendrá muy poco valor democrático.
Mientras los candidatos dirijan más su discurso a los estómagos que a la conciencia de la gente, el voto tendrá muy poco valor democrático.
Mientras se asalten y secuestren urnas, se asalten centros de votación y se continúen haciendo travesuras en medio del escrutinio, el voto tendrá muy poco valor democrático.
El voto tiene valor para la democracia cuando es resultado del acto conciente del ciudadano que acude a las urnas a depositarlo para seleccionar a la persona que entiende puede servirle mejor desde una posición del Estado.
Y cuando es emitido ese voto, se cuentan y se declara un ganador, en el marco del más estricto respeto a los sufragantes.
Y esa no parece ser la manera en como se comportan los partidos políticos, y si lo hacen así deben revisarse, porque la población lo está percibiendo de otra manera y ha comenzado a creer que votar no vale la pena.
Lo otro es que después que ganan se alzan con al santo y la limosma. Y ahí es que el voto vale menos. Por eso Chavez y por eso Evo, fruto de una sacudida de sus pueblos contra la estafa electoral.
Al menos , yo comienzo a convencerme de ellos, de que en esta democracia dominicana no vale la pena votar.