SANTIAGO.- El Gran Teatro del Cibao fue escenario, este sábado, del espectáculo “La Música se Pinta de Solidaridad y Esperanza”, basado en composiciones de Juan Luís Guerra y pinturas de Cándido Bidó. Todas las localidades de la majestuosa sala “La Restauración” fueron ocupadas por un público variado, que disfrutó a plenitud de ese acontecimiento artístico auspiciado por el Despacho de la Primera Dama, doctora Margarita Cedeño de Fernández.
La actividad contó con la producción de Guillermo Cordero y las canciones fueron interpretadas por Adalgisa Pantaleón, Pablo Martínez, Claudia Sierra, Frank Ceara, Mariela Mercado, Cristal Mariel Calderón, Eddy Manuel y el propio Juan Luís Guerra. El coro de 4-40, así como el del ministerio “Más que Vencedores”, tuvieron participaciones.
Previo al concierto, la doctora Cedeño de Fernández dirigió breves palabras, en el que destacó que el espectáculo era dedicado por el Despacho de la Primera Dama “con mucho cariño y admiración a todos los habitantes de Santiago de los Caballeros”.
El ambiente que recrea la producción musical, es una aldea campesina de alegre campiña, que se ve iluminada por la fuerza del amor, “lo que no puede tener un escenario más auténtico que el de Santiago, donde la geografía bucólica resalta por sus mágicos colores, y en cada detalle de sus aldeas y de su gente, se expresan las esencias de nuestro folklore”.
“La Música se Pinta de Solidaridad y Esperanza” es un espectáculo donde se entrelazan el merengue, el arte pictórico y la danza, en una genial producción que logra admirablemente combinar con imaginación todos esos recursos, para contar una tierna historia de amor llena de música, colorido y poesía.
Con una orquestación integrada por los 18 músicos de 4-40, bajo la dirección de la pianista Janina Rosado, los presentes disfrutaron de temas como “A pedir tu mano”, “Como abeja al panal”, “Reforéstame”, “La Gallera” y “Palomita blanca”.
También, “Amor de conuco”, “Cuando te beso”, “Farolito”, “La Bilirrubina”. “Ojalá que llueva café”, “Gloria”, “Aleluya” y un mosaico de bachatas, entre ellas “Estrellitas y duendes”, “La hormiguita”, “Viviré”, “Bachata Rosa” y “Burbuja de amor”.
Cada una de las canciones fue acompañada con escenografías alegóricas a las más conocidas pinturas de Cándido Bidó, entre ellas “Mi universo”, “La cosecha de tabaco”, “Angel antillano”, “Gallo”, “Adán y Eva”, “Pájaros”, “Merengueros”, “En la aldea”, “Los pescadores regresan por la tarde” y “La Maternidad”.
Como complemento del espectáculo, se utilizaron fragmentos de los poemas “Hay un país en el mundo”, de Pedro Mir; “Elegía de amor”, de Abelardo Vicioso; “Silencio para el canto”, de Norberto James y Juan Luís Guerra y “Amor”, de Miguel Peguero.
Actuaciones destacadas tuvieron los componentes de los ballets Clásico Nacional, Alina Abréu y Folklórico Nacional, así como Bailarines Contemporáneos.
La dirección, producción y coreografía fue responsabilidad de Guillermo Cordero; los diseños de Jorge Diep; escenografía, Rolando Giubilei y Aidita Selman, en la dramaturgia.