Cuando las bases del Partido Revolucionario Dominicano, acudieron a cambiar la dirigencia del mismo, lo hicieron pensando que las cosas serian a partir de ahí diferentes en una partido evidentemente desorganizado, sin rumbo y en franca confrotación.
Las bases no votaron para que siguieran dirigiendo el partido los mismos que estuvi- eron en el poder junto con Hipólito Mejia, y fueron co-responsables de la derrota elec- toral y de todas las locuras finales que hiciera el entonces mandatario de la nación.
Se creía el grupismo liquidado, pero inmediatamente nacieron los nuevos grupos que buscaron desde un principio demasiado ppeligroso cuestionar hasta los esttutos por los que juraron y fueron electas las nuevas autoridades.
Ahora se dice que el dinero dado por la Junta para el pasado torneo electoral fué , utilizado en la compra de locales para el partido en razón de que Hatuey se quedó con todos.
Así las cosas el desordén que se vió en las mesas, la falta de recurso hasta para los delegados, las mentiras salidas de la voz autorizada del partido, el tratar de traerse a personas a las que se habia golpeado, fueron solamente parte de una derrota anuncia-da, que no fué mayor porque el peor amigo del PRD se puso en bajo perfil según acaba de anunciar antes de salir del país, y dejar en el animo de todos que con él no cuenten a la hora de reclamos.
Y es cierto pudieron haber todas las irregularidades que se quiera, pero nadie tiene pruebas de la participación del gobierno y su partido en un fraude, porque realmente lo que hubo fué un gobierno y un partido decididos a ganar las elecciones, y una oposici- on perdida en la campaña eleccionaria, llena de gentes que no fueron votadas por las bases, en una unión con un partido que en ninguna mesa sacó más de cienta votos, y asi por el estilo.
Esos vientos traen esos resultados, practicamente irreversibles, y que seria seguir haciendole daño al país si se sigue con el asunto de impugnar resultados cuando ellos no fueron capaces de hacer valer el voto.
La renuncia es lo que quiere las bases, y se debe convocar al presidium, o al organ-ismo que sea para que convoque a plesbicito revocatorio del mandato que se le dió a todos los miembros de la alta dirección, de los comites de bases, de todo lo que fué elegido para que hicieran profundos cambios dentro del PRD, y no hicieron nada, más que crear nuevas divisiones, y hacer valer una preotencia y una doblez que trajo como consecuencia lo que acaba de pasar.
Dura es la verdad, y más cuando sabemos que no está divorciada de la realidad, pero los hombres somos arquitectos de nuestro destino, y responsables de nuestros actos, sean buenos o sean malos, y en el caso de las autoridades del PRD ha sido no malo pesimo.