Desde el principio fue tan malo el accionar de los dirigentes del Partido Revolucionario Dominica-no, tanto en su forma de actuar, como en su burla a las bases del partido, que no dejaron opción válida ni al país perredeísta, ni a las masas silentes que son determinantes. Sacando a Alfredo Pacheco, que tuvo que tirarse solo la campaña por la Sindicatura de la capital, un hombre de indiscutible valor y condiciones, pero el pueblo capitalino prefirió elegir al llamado Alcalde, que nada ha hecho de positivo para la parte más pobre de la ciudad.
Así las cosas, esas boletas estaban conformadas medalaganariamente por entes de triste participación en el desgobierno del PPH y de su guia, lider, al decir de algunos locos, del Partido blanco.
Ahora si tienen las bases más de una opción, varias alternativas, pero la que más debe prevalecer es cobrarle a los responsables del fracaso del PRD su osadía de llevar al partido a la más vergonzantes derrotas de su historia, la del pasado torneo presidencial, y las reciente elecciones de me- dio tiempo.
Por eso las bases, y los altos y medios dirigentes que se han manifestado, deben convocar al presidium, a la comisión política, al comité ejecutivo, y a todas las instancias que sea posible para hacer un plebiscito revocatorio que mande a sus casas a los que entendieron que cuando gana-ron habían comprado un partido para hacer y deshacer del mismo
Para ponerle fin a la presencia ingrata de Hipólito Mejía y sus aláteres en las filas del PRD, y poner en su sitio a tantos mentirosos, que se ufanaron diciendo una cosa para luego terminar de rodillas ante el hombre que dice que tiene un papelito de cada uno de ellos.
Lo contrario es dejarle al país la opción de volver a elegir a Leonel Fernández, quizás ahora por más tiempo tras una reforma constitucional que se dice va quitar las elecciones medio tiempo, y va a ampliar a seis años el período presidencial entre otras muchas cosas.
Y nadie, ni siquiera Miguel Vargas Maldonado, con todo el respaldo que tiene en las bases del partido podrá arrastrar consigo a quienes han sido rechazados por la gran mayoría del pueblo.
Es necesario una lavado a presión del PRD, lo dijo Najri, y esa debe ser la consigna de todas y todos los miembros del Partido Blanco, antes de que lo conviertan en un nuevo PRSC.