Una calle de Nueva York lleva el nombre del sargento Riayan Tejeda, primer dominicano muerto en la guerra de Irak, hecho que este destacado este lunes por El Diario la Prensa de Nueva York. El sargento Riayan Tejeda, ya tiene ganada la inmortalidad en el corazón de la comunidad que lo vio crecer, Washington Heights, pues tanto una calle como una oficina de correo fueron bautizadas con su nombre, establece el diario en crónica del periodista Juan Acosta.
“No quiero recordarlo nunca muerto, siempre quiero recordarlo vivo, y yo siempre creo que él va a venir de nuevo a casa”, manifestó su madre Rafaela Lora.
Este lunes se recuerda en Estados Unidos a los caidos en las guerras, por lo que para familiares y amigos es de honor recordar al joven Tejeda.
Desde que se llega a la Calle 180 en Washington Heights, todo atestigua que el sargento Tejeda siempre será recordado por su familia, amigos y el vecindario en cuyas calles jugaba al béisbol de niño. La calle lleva el nombre: “Staff Sergeant Riayan Augusto Tejeda Street”. A pocos pasos, el correo también se llama “Sgt. Riayan A. Tejeda Post Office”. Y frente al edificio donde residía el soldado, el 602 Este de la misma calle, hay un altar permanente con flores y una foto del militar.
En el apartamento de su madre, todos los días es el Día de Recordación. En un rincón hay un altar con fotos del soldado, y en varias vitrinas se aprecian las medallas y reconocimientos que el militar cosechó en la Marina de Estados Unidos, donde fue el hombre más destacado de su regimiento y había recibido la Estrella de Plata por su valentía en la línea de fuego.
“Riayan no fue muy travieso de niño, a él siempre le gustaba jugar pelota. Era recio de carácter y nunca se buscaba problemas”, dijo la madre.
Riayan Tejeda nació en la Cruz de Marilópez, de Santiago de los Caballeros, República Dominicana, el 7 de agosto de 1977. En 1989 se estableció junto a su familia en Nueva York.
A los 17 años, a escondidas de su madre, se inscribió en la milicia y una vez terminó la secundaria ingresó a la Marina de Estados Unidos.
“El lo que quería era estudiar y yo lo dejé porque nunca había oído hablar de eso de guerra. El estudió dentro de la Marina ingeniería civil y para chef”, relató la madre.
Su tesón le ayudó a escalar jerárquicamente, hasta convertirse en francotirador de las fuerzas especiales, y en varias disciplinas de la Armada fue calificado como el mejor de lo mejor.
Tejeda murió en el campo de batalla en el noroeste de Bagdad, el 11 de abril de 2003, a la edad de 26 años, y recibió la ciudadanía de manera póstuma.
Al momento de su muerte, Tejeda estaba divorciado de Dina Harryson, una saldado de Hawai, con la que tuvo dos niñas: Loriana, de 7, y Miranda, 5.
Lora lo recuerda como un muchacho enamoradizo, quien solía tener muchas novias desde su adolescencia.
“El día del velorio se aparecieron cuatro de su novias”, dijo Lora, dejando escapar una sonrisa.
Antes de cumplir la que sería su última misión militar, Tejeda viajó a su pueblo natal durante una semana de vacaciones, y se despidió de todos sus amigos del barrio de Marilópez.
“El se reunió con toda la familia y todos sus amigos. Ese fue el último Año Nuevo que pasé con mi hijo”, recordó Lora, entre lágrimas.
Estados Unidos conmemora hoy a los soldados que han caído en combate a lo largo de la historia. Más de un millón de estadounidenses han muerto sirviendo en tiempos de guerra.