SANTO DOMINGO.-En uno de mis cruces por el Alto Manhattan, un "conversao" largo con Julio Alvarado, quien sí no es el único poeta auténtico que le queda a Washington Heigths, es al menos el más dedicado a saberse, sentirse poeta y a problematizar su condición frente al texto…frente al acto creador.
Con Alvarado comparto vivencias que arrancan desde mis esporádicas visitas a la urbe entre el 1988 hasta el 1991, año en que finalmente me reconocí con maleta y todo lista para el nuevo hogar en que se convertiría Nueva York.
Hoy con este artículo inicio una nueva etapa, tal vez cansada su autora de tertuliar, de ir y venir a eventos donde muchas veces produce mas satisfacción la apuesta con el texto, a solas…porque todo acto creador es una manera de elegir la soledad.Digamos que este artículo de hoy es una especie de tertulia digital, un pase de relevo, y con un poeta invitado…Con quien me interne en un diálogo recuento sobre la poesia, algunos personajes e historia del trabajo cultural tanto en Republica Domicana como en NY, diálogo que en parte reproduzco para los lectores.
El poeta Julio Alvarado tiene ideas aparentemente graciosas de la literatura, él es lo que se dice un poeta divertido con quien se puede compartir, pero sus ideas sobre el ejercicio son sin lugar a dudas asunto serio…. Sus preocupaciones son muchas respecto al texto, al ejercicio a los que subviven, perviven y sobreviven en los bordes de la poesía.
Mujer!. Exclamó el poeta Alvarado al verme llegar. Así fue el recibimiento con sorpresa y todo.Creo que adrede busque ese encuentro, pues tenía como dicen el ""buche" lleno de mucha poesía, de muchos encuentros y pro-encuentros a propósito de los 50' años del Aullido (Howl) de Allen Ginsberg en ambientes fuera de la comunidad dominicana y, quería ver, hablar, estar con alguien de la comunidad y que básica y auténticamente fuera poeta.
Así que encontrar a alguien cuyo activismo cultural trazo pautas (asumiré que muchos no lo saben) desde el café-teatro Trópico en Manhattan, junto a Parreño y Agustín Lao, o desde el inspirador Inwood en el combativo Centro Cultural Orlando Martínez, fue lo mejor que pudo pasarme.
Por aquello de que hay que pulir el lenguaje, diré que le pasamos revista a todo…y a todos/as, por no hablar de ""tijeritas amoladas…""Fue estupendo!!!, desplazarnos desde los artículos de contoneo profundo y casi cuerderos de Pedro Conde…en los cuales no faltaron los platos fuertes de Tony Raful y Mateo Morrison. Nos llegamos a empantanar en la discusión sobre la website del poeta Alexis Gómez Rosas…Ciertamente como dice Julio Alvarado, el poeta Alexis, es uno de nuestros poetas más dedicado, original y trabajador que tenemos por allá .Mi coincidencia fue total.
Este diálogo con Alvarado recorrio todo el espacio que comprende la Librería Caliope, y terminamos "outside" en varias direcciones, pero siempre frente a la librería. En los ojos de todos, incluyendo los de la joven escritora Angie Cruz,quien nos cruzó dos veces por el lado sin percatarse de nuestros tijerazos… Cruz varias horas después seria la invitada especial de la libreria Caliope.
Hablamos de la poesía de la crisis, de los cuatro puntos cardinales de esta tentativa de movimiento…poetico. Nos detuvimos en la generacion de los ochenta. Estuvimos de acuerdo en que el suicidio como tema, convertido en leif motiv ""por algunos poetas de los ochenta, nunca había sido tratado con verdadera maestria dentro de RD. Salió a relucir mis diferencias con un representante de la poesía de la crisis…y su tendencia a esquematizar, a bregar con la literatura medalaganariamente… ""este autor me gusta este no me gusta, de este soy amiga de este no lo soy…"" .
De la identidad nos fuimos tan lejos hasta a los cementerios y lo que éstos encierran, también a los dobles perfiles de algunos poetas. Y, el descubrimiento de un senor de nombre Benjamin Bailey, quien desde antes de aparecer los institutos de estudios y entidades investigadoras de la cosa dominicana estaba escribiendo en los ochenta sobre el lenguaje de los dominican-american y una negociacion de la identidad.
Nos detuvimos en algunas figuras de la actuación que siendo performeras/os cobraban como escritora/es leyendo textos de otros/as. Hablamos de teatro situacional. Comentamos sobre atrevimientos y arrabalizaciones del oficio. Y, estuvimos de acuerdo en que en la comunuidad dominicana de NY, en el quehacer cultural hace falta una élite, tal vez como la que dejo de existir después que algunos poetas marcharon a la isla tras cargos gubernamentales, o endorsaron documentos a favor de tal o cual gestión cultural, o decidieron militar en el partidismo dominicano y por qué no tras el fallecimiento de algunas voces realmente importante en la literatura dominicana escrita en espanol.
Mas que nada…el arguimento iba seguido de una falta de problematizacion sobre el papel de las elites…la necesidad del desafío, de las valoraciones éticas.
Julio Alvarado refrescó con cierto candor los ratos del Conde Peatonal y aquellos eventos realizados por el gran muralista dominicano Silvano Lora.
Para Alvarado se hace más que necesario un diálogo sincero sobre el oficio.
Si, dije en coincidencia con el poeta,-, pues existe en la República una tendencia a imitar lo universal sin pasar o reconocer, lo que Alvarado llamo ""el alma nuestra"", aunque estuvimos de acuerdo en que alma como tal no existe ya que somos un país especial que se tiene que revisar en todos sin caer en los canones. Incluso aquí ninguno de los poetas que conocemos y que cohabitan en los espacios culturales se detiene a leer o a tertuliar sobre Mieses Burgos o sobre Inchaustegui Cabral.
En este "tijerear""no se quedaron las ""Isabel Allende"" de la isla., así como los Vicent Alexander y los rimbauds varoncitos…Le recordé a Alvarado que existen novelas norteamericanas que se titulan exactamente como algunos libros de algunos autores dominicanos de la generacion de los ochenta, ni en los títulos somos creativos.
Y a la academia y las universidades de la urbe, les toco su chin… los eventos que en ellas organizan los dominicanos/as donde se notan grandes ausencias de escritores/as dominicanos. Algunos/as de los cuales la mas de las veces son reconocidos e invitados por organizadores de otras comunidades.
Entro al terreno del juego Alex Rodríguez…y un evento que se realizó en el Colegio Comunal Eugenio Maria de Hostos sobre identidad dominicana, (ejercicio de ficcion). En el flier(volante) enviado via la red y en el impreso, colocaron en una juntina sin precedente a Juan Pablo Duarte, Milly Quezada, el Escudo dominicano, a Amalia Vega, y hasta a David Ortiz pero dejaron fuera a Alex Rodríguez, nacido y criado en Washington Heigths claro porque para mucha gente el parece que renunció a su dominicanidad ante el impasse de jugar por Estados Unidos en la recien finalizada Serie Mundial…
Como sacudida vehemente mencioné los actos conmemorativos de los 50 años del poema el Aullido de Allen Ginsberg y entonces estuvo en el ánimo mio y del poeta Julio Alvarado, retomar la experiencia de este gran poeta norteamericano respecto a las publicaciones y las editoras.
Debemos lanzar muestros poemas en hojitas sueltas, dejarlo nuevamente en las calles, en los centro sde trabajo, leerlos de sorprensa en los mítines por los derechos humanos, por los derechos de los inmigrantes…Urge salir del claustro y dejar de crear y de hacer de nosotros mismos ciertos personajes …debemos volver al alma de la poesía.
Este recorrido junto a Julio Alvarado por el ser y no ser, de la poesía que se hace en la isla y la que en parte se realiza aquí, es también una forma de celebrar el aniversario número 50 del poema Howl. Recobrar la conciencia y el respeto por la poesía es también un aullido de alerta… sobre el acto creador, una alerta muy especial para aquellos/as que se dicen poetas…