SAN JOSE, California.-El sector industridal de Estados Unidos está a la espera de lo que ocurra con la disposición de un proyecto de ley en el Senado que aumentaría significativamente el número de visas anuales para trabajadores extranjeros altamente capacitados.
Mientras en Washington, el debate en torno a una reforma migratoria pone énfasis en la seguridad fronteriza y en la eventual ciudadanía para los inmigrantes ilegales.
La industria de alta tecnología y el mismo Bill Gates, presidente de Microsoft Corp. han promovido enérgicamente ese cambio, por considerar que los extranjeros especializados son vitales para la salud de la industria y el liderazgo mundial.
Los trabajadores del sector tecnológico estadounidense y otros oponentes sostienen que la expansión es innecesaria y que sólo deprimirá los salarios y desalentará a los jóvenes estadounidenses a seguir carreras tecnológicas.
En el 2004, los oponentes gestionaron exitosamente la reducción de la cuota de las visas H1-B en dos tercios, de las 195.000 del 2001 a 65.000. Pero a fines de mayo, varias empresas tecnológicas recibieron apoyo del Senado para insertar una disposición en su proyecto inmigratorio que aumentaría el número máximo anual de dichas visas a 115.000 a partir del año próximo.
Además, los inmigrantes con determinados títulos avanzados no estarían sujetos a los límites, que podría aumentar en un 20% dependiendo de las demandas del mercado laboral.
Las industrias del sector tecnológico sostienen que necesitan el mayor número de trabajadores extranjeros especializados. Se quejan de que llegaron al límite de las populares visas H1-B apenas 20 días después de iniciado el año fiscal 2005-06 el 1 de octubre.
"Las empresas estadounidenses necesitan acceso a ese talento. Si no los mantenemos, se regresarán y trabajarán para las compañías que competirán con las nuestras", argumentó Jeff Lande, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Información Tecnológica (Information Technology Association of America), con sede en Washington, un importante grupo de la industria.
"Hasta que haya suficientes estudiantes estadounidenses que se gradúen en esas disciplinas para cumplir las demandas de innovación del siglo XXI, las empresas estadounidenses no deberían verse obligadas a rezagarse respecto de sus competidores mundiales", dijo una carta de Hewlett-Packard Co. fechada el 2 de mayo que saluda los esfuerzos del Senado por elevar la cuota de las visas.
Aunque las visas H1-B son desde hace tiempo una cuestión delicada, el propuesto aumento esta vez se ve eclipsado por los acalorados debates a nivel nacional sobre otras reformas inmigratorias.
"Este año, el debate se concentra totalmente en el refuerzo de la frontera y los programas de trabajadores invitados", dijo Lande.
Los oponentes de los grupos laborales dicen tener dificultades para encontrar eco en el Capitolio mientras argumentan que el mayor número de visas dará a los extranjeros empleos de alto nivel que deberían ser para los nativos.
"Estuve en Washington DC el día siguiente al que pasó Gates, y los asistentes de los legisladores me miraban y comentaban 'Gates dijo que éste es un problema, y eso es todo'. No se puede subestimar el poder de su voz", comentó Marcus Courtney, presidente de la Alianza de Trabajadores Tecnológicos (Washington Alliance of Technology Workers), con sede en Seattle, y crítico del programa de trabajadores especializados temporales.
Pero ninguno de los dos bandos puede pronosticar con certeza el resultado del propuesto aumento en el número de visas H1-B.
Quedan por delante arduas negociaciones para reconciliar el amplio proyecto del Senado con el proyecto de inmigración aprobado anteriormente por la Cámara de Representantes, una versión que no incluye visas para trabajadores especializados y se concentra firmemente en las penalidades a la inmigración ilegal.
Aun la senadora demócrata Dianne Feinstein, que integrará el comité bicameral que tendrá a su cargo esa reconciliación entre los dos proyectos, calificó el proyecto del Senado simplemente como "un primer paso".
"Será una tarea dificilísima redactar un proyecto que puedan apoyar" las dos cámaras, dijo Feinstein en una declaración después que el Senado aprobó el suyo.
Pero la senadora opinó que el número de visas nuevas debería estar "al nivel adecuado" y que deberían eliminarse las cláusulas que permiten excepciones más allá del límite de 115.000.
Si las disposiciones del H1-B en definitiva no llegan a entrar en el proyecto conjunto, la industria tecnológica promete seguir luchando.
"Digamos que si no ocurre este año, entonces empezaremos nuevamente el año próximo", afirmó John Palafoutas, un cabildero de la Asociación Estadounidense de Electrónica (American Electronics Association).