PUNTA CANA, La Romana.-La construcción de una refinería petrolera deberá estar lista en los próximos cinco años para hacer frente al alza de los precios del combustible, bajo iniciativa privada y en un lugar a escoger entre Guatemala y Panamá, resolvió la cumbre de mandatario celebrada este sábado.
Los inversores internacionales interesados en el proyecto tendrán la última palabra sobre la ubicación de la refinería de 360 mil barriles diarios, con un coste mínimo de 6.300 millones de dólares, la primera que se construye en la región de esas características.
Su producción arrancaría lo más pronto en 2011, según un estudio técnico elaborado a lo largo de cinco meses por una firma consultora internacional.
Puerto Quetzal, situado a unos 150 kilómetros de la capital guatemalteca, cuenta con un 83% de aprobación de los técnicos, frente al 67% de Puerto Armuelles, en Panamá.
De aquí al 31 de julio, ambos países deberán presentar sus propuestas a los inversores, y luego se celebrará una licitación internacional para la construcción, que podría significar la creación de hasta 10 mil empleos directos en el próximo lustro, según cálculos guatemaltecos.
Aunque algunos países como Honduras o El Salvador requirieron aclaraciones sobre la forma de seleccionar los dos puertos ideales para la construcción, los diez mandatarios reunidos en La Romana, 110 kilómetros al este de Santo Domingo, optaron por dejar en manos de los inversores la decisión final.
"Esta política de cooperación e integración energética lanzada por iniciativa del presidente mexicano Vicente Fox contribuirá sin duda alguna a que los demás países de la región aquí presentes podamos sortear una de las amenazas más sensibles al progreso y bienestar de nuestros pueblos", declaró el presidente dominicano, Leonel Fernández.
"La refinería se hará basada en elementos técnicos y no políticos", aseguró el presidente mexicano, Vicente Fox.
El beneficio estará en el consumidor que va a pagar mucho menos precio para la gasolina que consume", declaró el presidente mexicano.
"Es un esfuerzo regional para establecer una política energética, no es una competencia entre países", añadió el presidente de Panamá, Martín Torrijos.
México está dispuesto a aportar 230.000 barriles al proyecto, a precios de mercado, para que los inversores vendan a su vez los productos refinados a los países participantes, e incluso a países terceros si hay sobrantes.
Una refinería de 360 mil barriles "tiene sentido económico", declaró el viernes el secretario de Energía mexicano, Fernando Canales.
A la refinería hay que añadirle una planta termoeléctrica que produciría 730 megawatios, con un coste de construcción de 1.000 millones de dólares.
La materia prima para esa planta sería el coque sobrante de la quema del crudo pesado mexicano y de otros países de la región, cuyo coste sería prácticamente cero, destacaron fuentes diplomáticas que tuvieron acceso al informe técnico.
La interconexión eléctrica de la región, a lo largo de 1.790 millones de kilómetros y la construcción de un gasoducto desde Colombia hasta México, con un costo de 690 millones de dólares, son otros dos proyectos contemplados, aunque sin plazos.
La cumbre energética regional, la segunda en seis meses, contó con la presidencia de presidentes y mandatarios de Belice, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y República Dominicana.
El Proyecto de Integración Mesoamericana, Piem, pretende promover el uso de energías alternativas, el ahorro y la homologación de normas de venta y distribución de los recursos de la región, empezando por las gasolineras.