Superado el interludio electoral, con todas sus consecuencias, algunas absolutamente ridículas; debemos dirigir nuestras miradas a lo fundamentar del proceso democrático en la Republica Dominicana. Las elecciones son parte del proceso, no son el proceso. La democracia tal y como la conocemos es un pugilato de intereses, donde unos mas y otros menos reclaman su vigencia plena para alcanzar sus postulados.
Corresponde a los Dominicanos y únicamente a los Dominicanos, fortalecer nuestro sistema democrático, y con ello sus instituciones, por mas ayudas y colaboraciones de recibamos de países amigos, debemos de recordar que nadie invita al almuerzo de manera gratuita, quien te “ayuda y ofrece colaboraciones” más temprano que tarde te pasará un recibo.
En algunas sociedades se han logrado verdaderas proezas al equilibrar estos intereses, sin que un sector aplaste a uno o varios participantes del escenario democrático. Las normas democráticas debidamente estructuradas y mayoritariamente aceptadas marcan las reglas del juego. Donde los intereses se intercambian con las sonrisas y con las buenas voluntades, pero intereses al fin. Se le atribuye al Che, haber dicho en algunas ocasión que los grupos de “poder” son democráticos y respetan la democracia, donde ellos pueden establecer las reglas del juego, si las reglas del juego suelen indicar una ligera modificación que pueda poner en peligro intereses unilaterales, entonces y solamente entonces, se mueven los resortes para hacer estallar en mil pedazos “el orden democrático” ( recordemos el golpe de Estado del 1963,dado al primer gobierno democráticamente electo después de una larga dictadura),simplemente quienes temían un cambio se llevaron de paso el gobierno democrático, así fue la historia, no se puede cambiar con arrepentimientos tardíos, porque esa acción dejó una montaña de cadáveres físicos y morales.
Hoy la historia es otra, los actores son otros, aunque los intereses son los mismos. Sin el recurso de Abril, talvez no tuviésemos este espacio tan peleado y tan anhelado. Establecimos una lógica que ha funcionado en la Republica Dominicana: Si hay golpe al orden democrático, hay comandos revolucionarios en las calles. Esta lógica se ha impuesto sobre toda aventura golpista, un solo golpe al orden institucional fue suficiente para entender que una acción de esa naturaleza trae una reacción de otra naturaleza. Como los procedimientos de golpes de Estados ya son cosas del pasado y “a nadie se le ocurriría algo semejante”. Se impone pues, diseñar un espacio donde podamos compartir en paz y construir un espacio democrático con un determinado equilibrio que nos aleje de las confrontaciones directas y nos permita alcanzar objetivos comunes, al margen de los intereses de grupos (unilaterales, sectoriales. particulares, religiosos, económicos, políticos. empresariales, etc., etc.,) y nos permita establecer la anhelada agenda nacional.
Para llegar a este entendimiento, debemos de establecer reglas claras en el juego democrático, tomando como parámetros situaciones que nos sean comunes a todos. Sin importar la posición económica, social, política, religiosa; es difícil, porque hay quienes ya se han posesionado en los ámbitos políticos, económicos y sociales y no ceden terreno, encubren sus posiciones con una reiterada participación repitiendo mas de lo mismo, y jugando al tiempo, mientras los problemas se acumulan y no se resuelvan, para muestra un solo escenario: la Seguridad Social. Para profundizar las conquistas logradas, debemos de tener parámetros y objetivos en varias área de la vida nacional; sin embargo en materia de Derechos Humanos, es necesario establecer un listado, de cuales podrían ser esas las agendas que necesariamente hay que fortalecer dentro de un Estado de Derecho, para ahondar las conquistas logradas hasta la fecha, No es lo mismo hablar y accionar en materia de Derechos Humanos en los Gobiernos del Dr. Balaguer (1966-1978,1986-1994),como tampoco en los gobiernos del PRD (1978-1986, 2000-2004), ya que la dinámica de las reivindicaciones exigidas al Estado Dominicano en esos periodos, marcó sus contenidos y la historia es muy reciente y los resultados están a flor de piel todavía.
Durante las administraciones del PLD (1996-2000, y 2004-2008),han ocurrido hechos puntuales que determinan una clara intención de profundizar en el área de los Derechos Humanos, el reconocimiento de la Competencia de la Corte Interamericano de los Derechos Humanos, ocurrida en el 1999,la posición adoptada en el Caso del Tribunal Penal Internacional (Estatuto de Roma) y ahora la elección de una abogada dominicana, como miembro de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, crean un nuevo escenario, que obligará al gobierno y Estado de la Republica Dominicana a profundizar en materia de Derechos Humanos.
Se impone pues, establecer la diferencia, de nada valdría una evaluación comparativa entre esas administraciones sin considerar la enorme responsabilidad de la administración actual, de que debe superar con los hechos, toda política aplica en materia de Derechos Humanos, en la que el Estado Dominicano tiene un rol determinante que jugar, las conquistas en materia de Derechos Humanos, no es un regalo del Estado a la población, son reivindicaciones de la población para mejorar el entorno del sistema democrático.
Aquí quiero señalar de maneras enunciativas algunas instancias que nos faltan lograr y que se convierten en un listado de demandas, que se harán exigibles en la medida que la población la incorpore a sus reivindicaciones de todos los días: (a) Continuar la reforma policial, para convertir la Policía Nacional, en una Fuerza de Orden Publico Civil, completamente profesionalizada. Un tiguere no puede ser policía, el policía es un profesional del orden público, agente de la ley y respetuoso de la ley. No puede haber derechos humanos con intercambios de disparos, ni con indisciplina ni corrupción interna (b) El Gobierno Dominicano, debe crear instancias de gubernamentales para vigilar y supervisar la aplicación de las normas y el comportamiento de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. No existe un Asesor en materia de Derechos Humanos del Poder Ejecutivo, que mantenga al tanto al Presidente de la Republica de los asuntos de esa área y conjuntamente con otras instancias de gobierno trabaje en la observación de los compromisos del gobierno. A nivel de Estado, ya la ley ha creado al Defensor del Pueblo, quien desde una perspectiva de Estado deberá supervisar y vigilar las actuaciones de los funcionarios de gobierno, de manera muy particular aquellas áreas que la misma ley coloca bajo su supervisión y seguimiento. (c) ¿Cumplen a cabalidad los organismos de gobierno, con las funciones que originaron su creación, tales como: Secretaria de Trabajo, de la Mujer, de la Juventud, Educación, etc., o es necesario una supervisión directa para garantizar su efectividad para ver si de manera real y concreta los programas de Salud, Justicia, Educación, Políticas de Géneros, Medios Ambientes y otros llegan a la población?
En fin. Como se puede ver ha llegado el momento de profundizar en el área de los Derechos Humanos, sin esperar que los acontecimientos externos nos obliguen a adoptar determinadas decisiones, ya que el observar las normas y compromisos de los Derechos Humanos, se comienza a convertir en parte de la cultura política dominicana.