Washington — En declaraciones el 8 de junio ante los ministros de Salud de América Central, el secretario de Salud y Servicios Sociales de EE.UU. Michael Leavitt instó a la cooperación y colaboración regional en los preparativos para una pandemia de influenza humana. En la reunión celebrada en Ciudad de Panamá, Leavitt resumió las iniciativas que ya se han emprendido para fortalecer la capacidad de la región para luchar contra las enfermedades infecciosas, previendo que el virus hiperpatógeno de la gripe aviar, que ya ha afectado a la mayor parte del mundo, pronto llegará al Hemisferio Occidental.
A finales de 2003, el virus H5N1 de la influenza comenzó a afectar a aves del sudeste asiático y se ha propagado desde entonces a más de cincuenta países, infectando a su paso a aves silvestres, aves de corral y explotaciones de producción avícola industrial. Más de 200 millones de aves han muerto o han sido eliminadas para prevenir una propagación posterior del virus.
Seres humanos de diez países también se han visto infectados por la gripe mortal, normalmente después de haber tenido contacto directo con aves infectadas. La Organización Mundial de la Salud ha confirmado la muerte de 128 personas contagiadas con el H5N1, cifra que conforma más de la mitad de quienes se sabe que contrajeron la enfermedad.
Los funcionarios internacionales de salud han advertido que el virus podría mutar hacia una forma que se transmita con facilidad entre personas, evolución que dispararía una pandemia mundial de influenza entre seres humanos.
Las aves migratorias constituyen uno de los medios por los el virus se transmite de un país a otro, por lo que funcionarios del continente americano se están preparando para la aparición de la enfermedad.
En sus recientes viajes por Estados Unidos y diferentes países del mundo, Leavitt ha instado a la preparación en caso de una pandemia y ha presentado ante el público datos históricos sobre el impacto de anteriores pandemias y la perspectiva de semejantes incidentes en el futuro.
"Según los calculos, durante la gran pandemia de 1918 murieron en América Latina cerca de 766.000 personas", señaló Leavitt. "Fue especialmente virulenta en zonas rurales de América Central y del Sur, y afectó profundamente a muchos países".
Los funcionarios de salud de Estados Unidos tienen una larga relación de trabajo con el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud, de Panamá, que forma parte de la red de vigilancia mundial de enfermedades. Según informó Leavitt, la relación se amplió este pasado abril con la firma de un acuerdo con el Instituto Gorgas y funcionarios de salud panameños mediante el cual se aumentan las actividades conjuntas.
"Expertos de salud de Estados Unidos colaboran con sus colegas panameños en el fortalecimiento de la capacidad de vigilancia, las pruebas de laboratorio, el diagnóstico, el tratamiento y las investigaciones epidemiológicas", dijo Leavitt.
Otras iniciativas conjuntas entre Estados Unidos y países de América Central que mencionó Leavitt, son:
— El Instituto de Investigación Tropical de la Institución Smithsonian cuenta con más de 75 años de historia de investigación en la región y tiene conocimiento particular sobre las pautas migratorias de las aves;
— El Servicio de Inspección de Sanidad Agropecuaria del Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha iniciado un nuevo programa con el gobierno de Panamá para prevenir la propagación de enfermedades en la industria avícola; y
— La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional trabaja de cerca con la Organización Panamericana de la Salud para mejorar los preparativos en caso de influenza aviar.
Estados Unidos ha prometido más de 360 millones de dólares en ayuda internacional para ayudar a otros países a mejorar sus capacidades de detección, contención y control de enfermedades infecciosas en poblaciones animales y humanas.