El pasado fin de semana una jòven estudiante de medicina perdió la vida a manos de criminales desarmados que por quitarles sus pertenencias decidieron arrancarle la vida de una manera cruel y despiadada, hecho que provoco un movimiento de todos los sectores sensatos de la vida política y social de la ciudad corazón.
La solución de este caso de parte de las autoridades policiales nos lleva a cada uno de nosotros a confiar en las autoridades policiales, ya que en 72 horas lograron capturar a los desalmados que cegaron la vida de una jòven cuyo futuro sería prodigioso y de orgullo para el país.
Con el apresamiento de estos jóvenes la policía se anota un punto a su favor, pero esta acción debe continuar su dosis de refuerzo con la solución de otros crímenes que han ocurrido en el país y cuyos expedientes duermen en los archivos de la Policía Nacional con el apodo de “Casos Cerrado ò pendientes por solucionar”.
La ciudadanía espera que así como se aclaro el horrible asesinato de Vanesa, deben solucionarse otros crímenes pendientes cuyos familiares lamentablemente no ostentan el mismo nivel socio económico que el exhibido por los padres de esta valiosa jòven pero que la igual que ellos tienen sed de justicia de parte de las autoridades.
Es loable reconocer el esfuerzo que realizan las autoridades policiales para resolver algunos casos; pero no menos cierto es que se necesita una mayor atención para los casos de personas que no cuentan con suficiente solvencia social ni recursos económicos que tienda a mover la opinión pública tal y como sucedió con el crimen de esta ejemplar joven de la provincia de Santiago de los Caballeros.
Las autoridades del gobierno realizan ingentes esfuerzos por combatir la delincuencia y garantizar seguridad ciudadana, pero hay que poner mayor empeño en poner a funcionar estos planes pilotos a fin de dar al traste con una solución a largo plazo, donde en un plazo determinado se pueda decir a viva voz que la delincuencia haya sido erradicada de las calles y barrios de la capital.