Ni la sociedad dominicana, ni el gobierno dominicano, nos podemos dar el lujo de dejarnos ganar la partida por la criminalidad, el robo, y el miedo que hoy constenar a todos los que tuvimos la suerte de nacer en estas tierras.
Somos un país que practicamente vive del turismo, que ya no estamos aislados, y todo cuanto ocurre en el país de negativo o positivo, de inmediato pasa a los noticiarios internacionales, al In-terned, y a los diarios del mundo perjudicandonos en grado sumo.
Aspiramos a traernos inversiones extranjeras, el Presidente en cada periplo que hace, al igual que el Canciller Morales Troncoso hacen imcapie en que somos el mejor destino, no solamente para el turismo, sino para las inversiones.
Por eso la paz para los nacionales, y para consumo de extraños es un imperativo de la hora, y no es precisamente desacreditando a la Policia, o exponiendo ideas si se quiere hasta absurdas que vamos a deterne el problema.
Es necesario que todos, gobierno y sector privado, se unan en una cruzada para darle en la raíz al mal, que todo indica puede tornarse mucho peor luego de agosto l6 si se cumple la ame-naza de que todos los que estaban en los ayuntamientos, trabajando o cobrando, van para afu-era, y lo mismo en la cámara de Diputados y en el Senado de la República, sin dejar de contar otros estamentos que ahora podrian pasar a manos del gobernante PLD.
Debemos entender que la delincuencia se combate con oportunidades reales de trabajo, de salud, de educación, de viviendas, y hasta de sana diversión que nada conseguimos con decir que el tenemos que reformar el Codigo de procedimiento judicial, y poner cadena perpetua, o pena de muerte, porque eso no es solución.
La Policía tiene que ser reforzada, sometida a un escarseo interno, equipada, y bien pagada, y si es necesario hacer intervenir en todo lo que sea delicuencia y su lucha contra ella, a las Fuerzas Armadas de la nación, que son dominicanos, que viven y padecen como todos estos tristes momentos que nos están tocando vivir a todos en mayor o menor medida.
La hora es de compromiso, real y efectivo, no debemos buscar culpables, tenemos que solucionar en la medida de lo posible los males que fomentan y alimentan la delincuencia.
Aunque muchos perescamos en el intento, porque también debe ser una lucha frontal contra el maldito trafico y consumo de Drogas.