PUERTO ESPAÑA, 15 jun (IPS) – Mientras se prepara para recuperar el asiento de Haití en la cumbre caribeña del mes próximo, el presidente René Préval sabe demasiado bien que todavía le queda un cúmulo de problemas por resolver.
"El cambio de gobierno abrió paso a la esperanza, pero las cosas pueden cambiar en cualquier momento", dijo la semana pasada Guy Delva, presidente de la organización de apoyo a los periodistas haitianos, SOS Periodistas, en una conferencia de prensa en Edimburgo.
"Los grupos armados que causaron problemas en el país en el pasado no han abandonado sus armas", advirtió Delva.
Préval, de 62 años, es consciente de que el regreso de Haití a la Comunidad de Naciones del Caribe (Caricom), tras una ausencia de dos años, permitirá a sus 15 pares regionales presionar para lograr un gobierno aun más democrático en ese país.
De todos modos, Préval tiene el récord de ser el único presidente democráticamente elegido que cumplió su periodo de cinco años completo desde que Haití se transformó en una nación independiente en 1804.
El presidente saliente de la Caricom, Patrick Manning, de Trinidad y Tobago, no dejó ninguna duda sobre la aspiración del grupo regional a que Haití adhiera a los principios que consolidaron la estabilidad política de la región en los últimos tiempos.
En un mensaje de felicitación por la victoria electoral de Préval en febrero, Manning consideró que ese acontecimiento daba "testimonio de los logros de su primer periodo en el gobierno, que trajo una fresca bocanada de esperanza a la mayoría del pueblo haitiano".
Manning le recordó a Préval que su campaña estuvo caracterizada por su determinación para "atravesar las divisiones sociales y políticas y concentrarse en los factores críticos para el desarrollo social, político y económico" de Haití.
Dos aspectos claves para alcanzar esas metas son la reconciliación y la estabilidad, afirmó Manning.
Dos años antes, la Caricom había dejado de invitar a Haití a sus deliberaciones, tras la caída del presidente Jean-Bertrand Aristide (1991-1996 y 2001-2004) y la designación de un gobierno interino respaldado por Estados Unidos.
Aristide y sus simpatizantes aseguran que, en realidad, fue depuesto y obligado a exiliarse por fuerzas militares de Estados Unidos mientras Puerto Príncipe estaba rodeado por insurgentes armados.
"Me complace particularmente que adhiramos a una posición de principios basada en la Organización de los Estados Americanos (OEA) en relación a Haití", dijo P.J. Patterson, ex primer ministro de Jamaica en Trinidad y Tobago el mes pasado.
"Ahora podemos, una vez más, restablecer el lugar correcto de Haití alrededor de la mesa de nuestra comunidad, tras la restauración del proceso democrático", agregó Patterson.
Pero Delva cree que Aristide, hoy exiliado en Sudáfrica, también podría debilitar la nueva esperanza para la nación más pobre de América.
"Aristide todavía goza de gran popularidad más de dos años después de su derrocamiento. Muchos creen que su regreso inmediato podría molestar al nuevo presidente, y alrededor del nuevo presidente hay personas a las que no les gusta Aristide", explicó.
"Eso genera un dilema, porque algunos de quienes votaron a Préval lo hicieron porque pensaban que él traería a Aristide de regreso. Y hay posibilidades de que, si eso no ocurre, diferentes grupos puedan tomar las armas de nuevo", advirtió.
El secretario general asistente de la OEA, Albert Ramdin, dijo esperar que la comunidad internacional continúe apoyando a Haití y colaborando con la seguridad del país, siempre que el gobierno de Préval lo desee.
"Es una nueva página en la historia de Haití, y espero que todos usen esa oportunidad para no convertirla en una página negra", dijo Ramdin a la prensa en Barbados.
A comienzos de este año, el primer ministro de Santa Lucía, Kenny Anthony, exigió "un mensaje claro" de la Caricom, que indicara que la misma "no tolerará o aceptará la interrupción ilegal e inconstitucional del proceso democrático".
Luego Anthony fue aun más allá, pues reclamó una "enmienda inmediata a la Carta de la Sociedad Civil (de la Caricom) y otros instrumentos apropiados para autorizar la expulsión de un estado miembro que rechaza el proceso democrático por medio de la violencia y la intimidación".
Los líderes caribeños aprobaron la Carta de la Sociedad Civil en 1992, con el objetivo de establecer una serie de principios que profundicen el proceso de integración regional.
Consta de 11 puntos principales, incluida la necesidad de "preservar el derecho de las personas a tomar opciones políticas", así como "crear un entorno político verdaderamente participativo dentro de la Caricom, propicio para una consulta genuina en el proceso de gobernanza".
Los países de la Caricom aceptaron el retorno de Haití a su seno solo después de certificar que las elecciones presidenciales y parlamentarias de este año fueron libres y limpias y reflejaron verdaderamente los deseos del pueblo de esa empobrecida nación.
"Los jefes de gobierno desean felicitar al pueblo de Haití, que a través de su paciencia, resolución y coraje demostró su apego al proceso democrático, ejerciendo su derecho al voto para determinar a sus representantes a nivel presidencial y legislativo", declaró esta semana el Secretariado del bloque desde su sede en Guyana.
"La Comunidad anhela la elección de representantes locales y municipales, para que la arquitectura constitucional de la representación pueda ser completada", añadió.
La declaración extendió la alfombra roja para que Préval vuelva a participar en la cumbre de la Caricom, del 3 al 6 de julio en San Cristóbal y Nevis. Incluso se le encargó un discurso en en la ceremonia de apertura.
Haití regresa a un bloque que en su ausencia afianzó sus lazos a través del establecimiento de un Mercado Único, primer componente de un Mercado y Economía Únicos, que permitirá el libre movimiento de bienes, servicios, mano de obra y mercaderías entre los países que la componen.
Como no pudo participar en las deliberaciones al respecto en los últimos dos años, Haití bien puede buscar protección del Tratado Revisado de Chaguaramas, que gobierna el Mercado y Economía Únicos de la Caricom y también brinda cierto grado de protección para países en desventaja dentro del bloque.
Haití podría unirse a las islas más pequeñas de la Organización de Estados del Caribe Oriental, que claman por el establecimiento de un fondo multimillonario de desarrollo regional para ayudar a amortiguar los efectos del Mercado y Economía Únicos de la Caricom sobre sus economías abiertas.
El mes pasado, Trinidad y Tobago dijo que había alcanzado un acuerdo que le abre a Haití las puertas al Banco de Desarrollo Caribeño, que financia proyectos de desarrollo en la región, y por el cual ambos actuarían de manera conjunta en la institución para aumentar su poder de decisión. (FIN/2006)