New York.- Hoy podríamos desenvolver cualquier tema convencional, pero arropados por un ansia incontrolable de nostalgia hacia aquélla patria apacible y hermosa de antaño, nos dió por imaginar, que el Dr. Joaquín Balaguer después de su cambio de traje, visita a diario su nicho para cerciorarse de que no venga nadie y por unos míseros pesos lo depositen en el departamento de disección de la autónoma; luego en su infeliz trayecto, cae en la San Cristóbal esquina Tiradenes, donde hace tiempo viene presenciando las más viles deshonras en contra de la institución política que él fundó; allí se les pone al lado a aquellos camaleones camuflajeados y al grupo de víboras de bifurcadas lenguas que desmontan sus quijadas y se atragantan a todo aquel que crea en ellos. En este recorrido el Doctor realiza una parada técnica entre la intersección de la Dr. Delgado y 30 de Marzo, observando a un grupo de “funcionarios” embutidos en sus trajes, con sus hocicos globalizantes y cerebros de excrementos de aves, tratando de encarcelar la patria. Señores que solo desean exprimirle la vida al pueblo en una sola campaña; linces que solo atacan en la yugular.
Hoy podríamos darles un tingolazo en pleno tímpano pero trataremos el tema con ensalmos, a parte de que hablar de traición es peor que estar conversando con alguien y de repente tragarse un sapo gordo. Solo queremos que escuchen en off la voz de un Estadista de visión profunda y singular, diciéndonos que en su lucha política forjó un movimiento social de avance económico en todos los aspectos de la vida social dominicana. Hombre egoísta y celoso con su patria, pués su proyecto de nación tenía como norte una austeridad tal, para lograr la independencia económica que todo país anhela. Se identificó en pleno y con reverencia ante nuestros símbolos patrios, sin deshonrar la memoria de ningún patricio o héroe nacional, mucho menos vendió la isla por pedazos. Deseó la lealtad a su terruño principalmente por parte de quienes hoy, y con los bolsillos llenos, ya no forman filas en la institución que conformo y dedico todos sus años. Desde arriba el Doctor solo avista los nuevos grupitos de “status” ,controlando, mientras sus pobres pobres mueren sin derecho a reclamar. Pero en menos de un segundo reflexiona, pues siempre supo que después de él el caos.
Sentémosno de golpe pues el simple fatalismo no tiene lugar a dudas en Quisqueya. Aquellos no oyeron al sabio y mucho menos aumentaron su saber a travéz de él. Hoy solo existe un gobierno de soberbia, arrogancia y mal camino, pués una mano negligente solo empobrece. Los episodios expuestos, solo muestran el verdadero rostro de los que hasta ahora viven… viven sembrando miserias. Ellos que se hacen los muertos, sin saber que eso puede darles resultados a veces, pues aunque expelen sus quinonas hirvientes y procesen contratos antinacionales con sus lengueteos Shaskepereanos, el verdadero misterio es que no hay misterio en las leyes universales, puesto que la evolución se hace cargo de hacer sus ajustes y es mejor que te deban y no que tu debas y aunque la vanidad es poderosa la vida es solo un resbalón y a todo pavo le llega su Diciembre.
Al margen de estas fotográficas joyitas, aniquiladores del futuro, amasijo de desagradecidos e instauradores de desdichas; solo queremos exponerles los deseos que tenemos de saber la opinión de un presidente que hace un tiempo partió, pero que vive en nuestros corazones. Quien, con sus manos de nubes fue generoso construyendo, no destruyendo, aquel quien le dió sus años a los crueles pero que sabia que la sabiduría y la ciencia están primero que el oro.