LONDRES.-Los mundiales de fútbol siempre han tenido cierto tinte político, no hay duda. La FIFA se fundó en 1904 con el fin de preparar una justa mundialista,
pero sólo se pudo comenzar 26 años después, en Uruguay. Francia y Bélgica
asistieron; Alemania no. Esto porque aún prevalecía el prejuicio aquel de que los vencedores (de la I Guerra Mundial, entre 1914 y 1918) no debían ponerse en línea competitiva con los vencidos. Así mismo el Reino Unido, donde precisamente nació el fútbol moderno, sólo comenzó su participación después de la Segunda
Guerra Mundial.
Los anales del Mundial abren un paréntesis en Italia, justo cuando la bota
itálica era regida por Benito Mussolini, quien con su maquinaria logró que su
país fuera el mejor del planeta en 1934 y 1938, como clara afirmación del
poderío militar y expansionista de su régimen. En 1958, el Reino Unido tuvo el
aval de incluir a sus 4 equipos nacionales (Inglaterra, Escocia, Irlanda y
Gales) dentro de los 16 participantes, mientras que sólo 3 equipos suramericanos entraron y ningún elenco de Asia, Africa u Oceanía compitió.
Ninguno de los países del llamado Bloque Socialista pudo entrar a un mundial
antes de 1954, cuando se hizo la contienda en la Suiza "neutral".
Alemania -a quien se le impidió participar en los primeros mundiales de las
postguerras (Uruguay 1930 y Brasil 1950)- se quedaría con la copa. Y es que
en los mundiales ninguno de los grandes protagonistas de la "Guerra Fría" solía
tener un rol significativo. China recién pudo hacer su primera participación
en 2002, en tanto Estados Unidos últimamente ha empezado a invertir recursos
en el "soccer". Rusia, en vida de Stalin, nunca participó de mundial alguno.
La primera vez que miembros del Pacto de Varsovia compitieron en esta justa
futbolera fue en 1954, al año de haber muerto Stalin. Sólo en dos
oportunidades (Suiza '54 y Chile '62) equipos de países regidos por partidos comunistas llegaron a una final; ellos fueron Hungría y Checoeslovaquia.
Pasando a América, recordemos que Argentina logró su primer campeonato
orbital bajo la bota del general Jorge Rafael Videla, quien junto a su cúpula
militar bien acogió la cita mundialista como excelente maniobra distractora
frente los graves conflictos internos del país. Al final el local ganó y en el
camino quedó una muy dudosa goleada sobre Perú, en un partido clave que muchos señalaron como "favor" de un régimen simpatizante con la causa de Videla. Tal vez el combinado albiceleste sí tenía lo necesario para doblegar a la escuadra inca, pero las connotaciones de ese encuentro fueron siempre en contra de la trasparencia competitiva.
¿Y qué decir de los "duelos" entre argentinos e ingleses? Esos nunca podrán
ser desligados de la política después de la "Guerra de las Malvinas".
Estados Unidos e Irán se enfrentaron en Francia '98, acaparando la atención
mundial por la rivalidad de sus gobiernos en distintos frentes. Al final los
iraníes no pudieron ocultar el sentimiento nacionalista que se apoderó de
ellos ante la "humillante" caída del "monstruo imperialista".
Yo le vendo vendo…
Desde el fin de la "guerra fría" los mundiales tienden representar el nuevo
orden internacional. La globalización impone una fiesta deportiva en la que
tanto jugadores como equipos son pagos, y brilla la mercantilización.
Multinacionales como Nike hasta se ufanan de haber "comprado" a la escuadra
más popular: Brasil.
Lo cierto es que el hecho que los mundiales tiendan a convertirse en una
arena más de la pugna por vender la imagen de un país, puede generar nuevos
conflictos. El derecho a contar con un elenco en el mundial puede significar
avance político hacia la independencia. No por casualidad Francia no deja que sus dependencias ultramarinas tengan sus propios elencos, así otras colonias de
otros países sí lo tengan. Algunos países deben competir en ligas que
pertenecen a otras regiones, por razones de índole político.
Israel sigue sin poder participar en las eliminatorias de su continente. Turquía, pese a ser una nación esencialmente asiática, persiste en querer estar en la liga europea para así generar las condiciones de un eventual ingreso en la Unión Europea. Trinidad Tobago, Guyana o Surinam no participan en la liga sudamericana, pese a estar ahí, porque "geopolíticamente" son parte del
Caribe. Por el momento el subcontinente indio, dond evive un quinto d ela
humanidad, es un gran ausente.
Bueno es circo
Para las corporaciones niponas y coreanas el mundial ayudó a expandir su
influencia internacional. La segunda potencia económica del planeta salió bien
parada del torneo al haber ofrecido una infraestructura tecnológica que ayudará
a agigantar su imagen.
A falta de "pan bueno es circo" y la victoria brasilera ayudó a apaciguar
los ánimos en Brasil. El país latino más grande y poblado muestra que si bien no
es un poderío económico o social, al menos es la primera potencia
futbolística.
Tanto Brasil como el anfitrión del anterior mundial (Japón) y del actual
(Alemania) quieren ser uno de los 4 nuevos miembros permanents del Consejo de
Seguidad de la ONU. Una buen perfomance en el Mundial es algo que les ayuda a mejorar su imagen y sus chances de lograr ello.
Curiosamente, la instancia semifinal de la Copa del Mundo 2002 mezcló por
primera vez, en materia religiosa, a un país Budista (Corea) con uno Musulmán
(Turquía), pero nuevamente países de creencias cristianas estuvieron presente
en la final, como hasta el momento siempre ha ocurrido.
El hecho que Corea del Sur haya sido el co-anfitrión en el Mundial del 2002
le sirvió para mejorar su imagen internacional y proyectar sus inversiones.
Varias de sus multinacionales, como Samsung o Hyunday, están prácticamente en todo el planeta. El espectáculo deportivo también le sirvió al régimen
surcoreano -cuestionado por sus constantes movilizaciones y su represión interna-para consolidarse y ayudar a aislar a Corea del Norte. Esta última es uno de los pocos estados donde una economía planificada es administrada por un
partido único. Hasta el Mundial del 2002 los norcoreanos fueron el único equipo
asiático en llegar a octavos de final (1966) pero últimamemente ni si quiera ha
podido entrar a la primera fase eliminatoria por las presiones políticas.
Recordemos que para George W. Bush, Corea del Norte, Irán e Irak son el "eje
del mal". El mismo día que Corea del sur se enfrentaba a Turquía por el tercer puesto, marinos de ese país se enfrentaban militarmente con sus
adversarios norcoreanos. Dicha batalla naval en medio de la 'fiesta deportiva'
evidenciaba que detrás de ésta hay presiones e intereses políticos.
Las novedades de Alemania 2006
Es el primer mundial que se da teniendo como gobernate a una dama. Por
primera vez hay más elencos africanos que latinos de Suramérica, los mismos que buscan que el continente Negro tenga un rol en el fútbol mayor al que tienen en la economía mundial Mientras el Reino Unido presenta a uno de sus 4 países (Inglaterra), Serbio Y Montenegro es el primer equipo que va a un mundial representando a dos naciones que acaban de separarse. Checos y ucranianos llegan por primera vez a un mundial desde que en 1991-92 se separaron de sus anteriores federaciones socialistas.
(*) Isaac Bigio es analista internacional. Ha dictado clases en la London
School of Economics. Es el columnista latinoamericano más publicado en la web.