SANTO DOMINGO.-Un ex ministro de Defensa y ex embajador de Colombia en República Dominicana, el mayor general retirado Fernando Tapias, advirtió que la efectividad de las acciones para controlar la delincuencia y la violencia en los países de América Latina requieren una reforma estructural en los organismos de seguridad Expresó que esa reforma debe incluir la creación de entes conjuntos y especializados entre la policía, los organismos militares, de justicia, estrechamente ligados al sistema carcelario.
“Esa fue la experiencia que en Colombia nos permitió alcanzar índices significativos de reducción de la violencia hasta en un 70% en los últimos 5 ó 6 años”, expone, “lográndose un cambio fundamental en la estructura económica y social del país y especialmente en las expectativas de la gente.
El general Tapias, emitió sus declaraciones en el espacio radial que produce la ex vicepresidenta Milagros Ortiz Bosch por la emisora Z-101, dedicado anoche a la seguridad ciudadana y que incluyó además la participación del psicólogo y comunicador Pablo Ross y del dirigente comunitario Andrés Mañón.
El espacio se transmite de lunes a viernes de 7 a 8 dela noche, cuenta con la asistencia del periodista Luis José Chávez, y está dedicado a contribuir al fortalecimiento de una cultura democrática en el país, promoviendo los valores éticos y el establecimiento de una sociedad de derechos basada en la participación de la ciudadanía en las decisiones y los procesos que la afectan.
El alto militar, quien dirigiera los programas de reestructuración y modernización de la estructura militar colombiana en la lucha contra la delincuencia y el terrorismo puntualizó que los programas deben combinar enfoques de seguridad pública, de estricto orden público, y un concepto de seguridad ciudadana, una visión más integral, que implica la prevención, orienta mejorar la calidad de vida en el día a día de los ciudadanos.
El aspecto de seguridad ciudadana tiene una mayor intervención de autoridades civiles, la ciudadanía participa a través de organizaciones ciudadanas, ayudan a planear y a súper vigilar los programas, o se vinculan de distintas formas a través de ONGs o de organizaciones cívicas ayudando a educar y a prevenir, y sus principales objetivos son los niños, las mujeres, las familias, que son indudablemente las principales víctimas de las nuevas formas de violencia que azotan más.
No hay que temer a los cambios
Sostuvo que para ejecutar programas más efectivos no hay que tenerle miedo a reformar estructuras. Si se ve que las estructuras existentes no producen efectos deseados, hay que reformarlas, hay que innovar, hay que unir la función policial con la de investigación o de inteligencia con la de justicia, crear organizaciones específicas para determinados fenómenos.
La colaboración de la ciudadanía es fundamental para diagnosticar, detectar y controlar el delito. Hay que hacer de la seguridad un concepto de responsabilidad de todos, público, que todo el ciudadano se sienta partícipe, responsable, claro, todo parte de un diagnóstico claro.
Reconoció que “muchas veces, los que hemos pertenecido a cuerpos uniformados somos muy reacios a aceptar las críticas y a modificar nuestras propias estructuras, creemos que todo funciona bien, y que si no podemos hacer más es por carencia de recursos económicos o técnicos, pero indudablemente los fenómenos de violencia han evolucionado y a veces nuestros patrones de capacitación y de formación se han quedado obsoletos, tenemos que actualizarnos a las nuevas realidades, ver nuevas formas, en este aspecto debe tomarse en cuentas que la tecnología ayuda mucho, pero lo que más ayuda es la mentalidad, la capacitación del recurso humano e indudablemente la colaboración de todos los ciudadanos.