Cuanta sintonía entre el rector magnifico Agripino Núñez Collado y el reverendísimo Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez en torno a la propuesta del Presidente Leonel Fernández sobre la modificación de la constitución de la republica mediante una consulta popular, pareciera como si se reunieran a planificarlo todo. Ahora, precisamente con todo el poder en sus manos, no es necesaria la Constituyente para hacer los cambios en la carta magna según el Presidente y la Iglesia, estamos ante otro globo de ensayo para que se distraiga a la opinión publica lo más adentro posible del 2007 y cuando menos lo esperan zas…ahí esta la reelección.
Pero como los únicos que piensan en el país no son esos tres ilustres magistrados, habrá que explicarle al pueblo, de nuevo, cuanto consenso hubo en contra del tren de Diandino Peña y sin embargo se impuso por sobre todo el mundo; el dialogo nacional fue bellísimo forum de ideas y propuestas donde se gastaron millones de pesos del erario público y no se logró NADA.
El Presidente Leonel Fernández es un hombre inteligente y calmado, tiene la flema de decir que no hará algo cuando ya lo esta haciendo; sin dudas sabe que tiene la salten por el mango para lograr general las ideas que les convienen utilizando la Iglesia y la llamada sociedad civil y con una oposición derrotada y en lucha interna; pero además cuenta con la mayoría de la Asamblea Nacional para imponer, como esta acostumbrado el PLD, verbigracia lo que paso en la Liga Municipal Dominicana y en la Cámara de Diputados en su primer cuatrienio; cuando tiene el poder.
No solo debemos opinar sobre la modificación de la constitución, que si bien necesita modificaciones profundas, esos cambios deben ser realizados conforme a los intereses de todos los sectores nacionales y esos sectores deben tener sus representantes en una CONSTITUYENTE única garantía de que se atienda a los intereses del pueblo y sus instituciones de base.
Quien ha dicho que los obreros agrícolas serán representados por los funcionarios del sector agrario, los cañeros por los dueños de los Ingenios, los maestros representados por los funcionarios de la Secretaria de Educación; los estudiantes por los dirigentes de Vanguardia del Pueblo; los barrios por los ayuntamientos que precisamente no le recogen ni la basura.
Me gustaría escuchar al Presidente Fernández hablar de los planes concretos y comprensibles para todos de cómo va a resolver el problema eléctrico del país, de cómo va a ponerle fin a la cadena de muertes que ocurren cada día en barrios y campos. Me alegraría saber cuales planes concretos tiene el gobierno para enfrentar el desempleo que mantiene en la indigencia a medio pueblo; estaría satisfecho si escuchara al gobierno darnos propuestas reales de solucionar el problema de la salud pública nacional.
Será importante modificar la constitución y “modernizar el Estado” para la burocracia y los sectores económicamente poderosos; pero me conformo con que nuestra gente del pueblo pueda dormir tranquilo con sus abanicos y aires acondicionado, que puedan ver un programa de televisión antes de acostarse; que la mayoría se levante temprano a trabajar para poder comer por lo menos dos comidas normales; que nuestros familiares puedan caminar las calles sin temor a ser robados y/o asesinados, simplemente las prioridades no están en la agenda del gobierno.