Uno de los casos más sonados en materia de disputas, rumores y atribuciones “respectivas”, relacionados con el tema de los plagios, fue el que afectó hace unos 30 años, al maestro Rafael Solano. Oriundo de Puerto Plata, Solano es un músico dominicano que no necesita presentación. Uno de los más grandes directores de orquesta, compositor de éxito y raigambre de temas que hicieron su propia historia musical, así como maestro de varias generaciones de músicos y cantantes de primerísima animación.
Embajador ante la UNESCO en el período 1982-86 y galardonado con el mayor premio que el gobierno dominicano otorga a los artistas destacados. Como músico profesional Solano lleva actualmente una vida de semi-retiro. Sin embargo, compone conciertos para el Coro de la Catedral Primada de América y participa en los programas ‘‘Matutino informativo’’ todos los jueves en la emisora La 94 FM.
Tambièn produce todos los domingos de ocho a diez de la noche ‘‘Después de todo, Rafael’’ por la 97.7 FM, un programa radial dedicado a la música clásica y la buena música universal, además de cuidar y dar toque de colofón a obras impresas o fonográficas sobre reliquias musicales.
La vida y trayectoria de este siempre afable músico dominicano están llenas de lauros y satisfacciones. Sin embargo, Rafael Solano debe cargar todavía con la cruz desde que un “fabulador” pusiera a correr la versión de que “Por Amor”, la canción dominicana que más ha corrido el mundo y con la que el maestro ganó el Primer Festival de la Canción Popular Dominicana en 1968, no era de su autoría.
La canción ganadora del tercer lugar “Mala suerte”, interpretada por Luchi Vicioso, era también de Solano, mientras que en segunda posición quedó “Canta Mundo”, de Manuel Troncoso, en la voz de Caqui Defilló. “Por Amor” fue la canción, a partir de la cual Niní Cáfaro (el primero que la interpretó), se hizo dueño de los festivales y los escenarios dominicanos, y de de igual modo, trascendió en el plano internacional, cuando en 1969 ganó, también, el Primer Festival de la Canción Latina en el Mundo, celebrado en San Juan, Puerto Rico, con otra canción del mismo Solano, titulada “Está bien”.
En 1973, Erasmo Alfonso Cáfaro Durán, cariñosamente Niní, obtuvo el tercer lugar en el Festival OTI, celebrado en Belo Horizonte, Brasil, con la canción “El juicio fina”l, también del maestro Solano. Sin embargo, “Por amor”, considerada un “himno universal”, por su contenido profundamente humanista, le era regateada a Solano y atribuida a Manuel Troncozo (1927), quien había sido precisamente el ganador del segundo lugar en el referido festival dominicano.
Músico dominicano de gran reputación, Troncoso era para la época un par de Solano, que se destacó por crear temas como “Súplica”, “Maniquí” y “Tu mundo. Se sabe que por considerar “sádica y mezquina” la acusación que siempre se le hizo entre mentideros y corrillos, el maestro Solano nunca ha querido referirse al asunto, mientras que Troncoso sólo ha tocado el tema, supuestamente para desmentir el rumor, entre bastidores, haciendo luego como Galileo, dicen algunos con morbo.
Ello ha ocurrido, pese a que oportunamente, cuando el rumor comenzó a propagarse, hubo gente y amigos como Miñín Soto, que emplazaron a Manuel Troncoso para que hablara y dijera la verdad. Fueron épocas aquellas de grandes controversias entre los artistas del patio, que degeneraron en enemistades y en retaliaciones, cuyos efectos se expresaban en las decisiones de los jurados de los festivales, integrados casi siempre por músicos, cantantes y compositores que se dejaban arrastrar por los recelos profesionales, el amiguismo, los bajos instintos y las provocaciones.
Todavía hay artistas de esa época que no se dirigen la palabra. La contaminación ideológica, hacía también el papel de demonio y de la destrucción, ora como gobiernistas, ora como opositores, que se jalaban las greñas como las comadres pueblerinas y las suegras enfrentadas por los intereses de los hijos.
La lucha se expresaba con mayor fuerza en el seno del gremio de los artistas, Amucaba. De hecho, los festivales de Amucaba nacieron con el germen de la destrucción y desde su mismo seno, no bien terminó su primera versión, se alimentó la idea de que “Por amor” no era de Solano. El conflicto se agudizó cuando el propio Solano y otros ganadores, reclamaron el derecho de usar sus canciones, las cuales, según un acuerdo previo, supuestamente firmado por las partes, pasaban a ser propiedad de la institución durante los dos primeros años a partir de su comercialización. Aquella posición la mantuvo el Presidente de Amucaba, Almanzor González Canahuate, contra viento y marea, hasta el último festival celebrado en 1971, que fue ganado por Fernando Casado ”El magistrado”, con el tema “La ciudad es mi corazón”, con música de Jorge Taveras y letras de René del Risco y Bermúdes. El segundo lugar lo ganó Sonia Silvestre y el tercero el higueyano de origen mocano Frank Valdez.
Pero lo cierto es, que al margen de las trivialidades de una farándula de floreciente ebullición, entre Solano y Troncoso, existía una relación profesional y una amistad, de mucha compenetración para la época, de la cual hay muchos testigos de excepción. Uno de ellos da cuenta que la canción “Por amor", (sic) fue un tema hecho por adición, en el que ambos músicos pusieron, cada uno por su cuenta (o quizás, uno más que el otro), su generosa contribución, para que la obra, ya terminada, fuera presentada por ambos en el citado festival.
Pero resultó que Troncoso se había propuesto participar con otra canción, desconociendo que las reglas del evento prohibían que dos músicos, a la vez, ostentaran la paternidad de un mismo tema. Fue así, como Troncoso, ignorando que “Por amor” se convertiría en la canción favorita del público y la más apreciada por el jurado, optó generosamente, (por) que fuera el maestro Solano el que la presentara, participando él con la otra canción “Canta Mundo” cuya interpretación le tocó a Defilló, quien junto a Niní Cáfaro, Fernando Casado, Rhina Ramírez y Luchi Vicioso, eran cuatro de las estrellas emergentes de la vocalización para aquella época.
Luchi, primera esposa de Freddy Beras Goico, fue una artista cuyo apadrinamiento musical corrió a cargo de ambos maestros desde que con su voz angelical comenzó a darse a conocer siendo apenas una niña con el tema “Tus ojos”, aunque su verdadera irrupción artística, a la edad de 13 años fue con ‘Matices’, una producción musical que incluía los temas ’Magia’, y ‘Eres un buen muchacho’, la mayoría de los cuales eran de Rafael Solano y Manuel Troncoso. Desde entonces la historia ha sido contada de diferentes maneras, sólo por aquellos que se atreven a tocar el tema, porque gente seria del medio que todavía rinde merecido honor a Solano, le teme al asunto como “el diablo a la cruz” y le responde a cualquiera que se lo plantee de buena o malsana manera: mirándolo con “cara de tabú” o sacudiéndose y dejando el polvo en el instante, no vaya a ser, que “un moro sobre la costa le pueda profanar el flux”, y luego se vea obligado a asistir retrasado al espectáculo, y al llegar frente a la puerta del teatro “Eduardo Brito”, que así se llama ahora la mole frontal de la Plaza de la Cultura, lo confundan con un avestruz de esos que como los pavos, levantado su cuello, increpado cual testuz, y gritando, meten terror al buey cebú.
SOLANO Y RENE DEL RISCO. Rafael Solano es un artista de méritos. Cual museo, su galería personal deberá estar llena de placas, reconocimientos, reliquias, fotografías y sensaciones de gratos recuerdos. Es lo mejor que merece una figura de su trayectoria, un icono del quehacer artístico, y por demás, una persona humilde y de carácter apacible.
Del maestro Solano se sabe, que nunca ha sido visto tocar el tema que alguna vez pudo perturbarlo. Por lo menos, en el plano pùblico nunca lo ha hecho y por eso, quizás, cuando se le pide recordar un pasaje oscuro de su brillante trayectoria, evade el affaire de “Por “Amor” y prefiere hablar con resignación de lo que le ocurrió en 1974, durante la celebración del festival Siete Días con el Pueblo.
En aquella ocasión, Solano participó como uno de los invitados especiales para acompañar con su orquesta a la puertorriqueña Lucesita Benítez. La propia intérprete había pedido la presencia de Solano para que le acompañara, pero resulta que aquella no se presentó y luego de más de media hora de espera con un publico masivo exasperado, Solano ya en escena y a pedido de los organizadores se decidió por actuar él con su orquesta, interpretando el tema, dentro de su repertorio, que más se ajustaba a la ocasión. Pensó en “Desiderio Arias”, homenaje al famoso general conchoprimista que en el Cibao enfrentó al trujillismo en cierne, pero optó por un tema nuevo poco conocido con letra de Juan José Ayudo, dedicado a Plinio Matos Moquete, un ìdolo político de la época, que se había destacado por su guerrilla urbana contra el régimen balaguerista. Parece que la gente no entendió el sentido figurado de las letras o no le gustó para nada la actuación de la orquesta, despidiéndola con un buuuuuuu que se prologó por varios minutos.
Aunque con tristeza, Solano prefiere referirse a ese episodio y no al impasse histórico de “Por Amor”. Por eso, cuando habla del tema sólo pronuncia palabras como estas: : Escribí ‘‘Por amor’’ con pocas esperanzas, porque eran unas letras un poco religiosas. Me pregunté a dónde va a llegar esto, porque parecía un himno religioso. Inclusive después de haber ganado alguien llamó a una emisora para decir que cómo era posible que una canción que parecía un himno de iglesia resultara ganadora’’. De ahí en adelante una grabación en vivo en la voz de Niní Cáffaro permaneció durante 15 días en todas las emisoras del país, luego reventó en Puerto Rico y después apareció en Chile y se fue regando por todo el mundo. Unos estudiantes de Rusia me dijeron que la escucharon en Moscú y hasta en Tokio.
Por amor se han creado los hombres en la faz de la tierra/
por amor hay quien haya querido regalar una estrella/
Por amor fue una vez al calvario con una cruz a cuestas/
aquel que también por amor entregó el alma entera./
Por amor se confunden las aguas y en la fuente se besan/
y en las alas de la mariposa los colores se crean/
Por amor ha existido en el mundo siempre tanta belleza/
y el color de la naturaleza se pintó por amor/
Por amor soy de ti/
y seré toda la vida/
mientras viva/
por amor soy de tí/
por amor, por amor, por amor/
Por amor una noche cualquiera una amante se entrega/
Por amor en un beso se calman unos labios que esperan/
Por amor ya no llevo las cruces que me dio el sufrimiento/
por tí lo que fuera mi suerte se cambió por amor/
Por amor soy de ti/
y seré toda la vida/
mientras viva/
por amor, por amor, por amor…/
Un rumor decía también que las letras de la canción eran de René Del Risco Bermúdez,(1937-1974) el exquisito poeta dominicano ido a destiempo en 1972, tras un accidente automovilístico en el Malecón. Del Risco Bermúdez había escrito muchas otras letras para canciones dominicanas de calidad, como por ejemplo: “La ciudad es mi corazón”, “Hoy me quedo sin mi” y “Una primavera para el mundo”. A Del Risco, se le recuerda más por sus creaciones poéticas de “El viento frío”, sus cuentos, “Ahora que vuelvo Ton” y “En este barrio no hay banderas”, así como por haber sido posiblemente el primer dominicano que se decidió a escribir una novela sobre la era de Trujillo, titulada “El cumpleaños de Porfirio”. Al maestro Solano, los fabuladores tampoco le reconocían la propiedad intelectual de “Y Si Mañana “ que decían, era una “réplica infiel” de una vieja canción italiana, ni de “Magia” que confundían con “El Himno al Sol de Rusia” ( y que en algunas de sus letras dice: Oigo tu voz en cada amanecer/ y un beso tuyo el sol me va a traer/ es magia/ Una caricia, un beso y otro más/ en ese instante el alma se me va/ es magia/ Quién pudo hacer con pétalos tu piel/ y entre tus ojos un misterio poner/ es magia/ Dime el secreto que hay en tu esplendor/ muéstrame el mundo de tu propio yo/ a ver si es magia… /
Refiriéndose a Solano y sus canciones, Miguel D. Mena, ha dicho que “Tiene la pinta de un primo de Agustín Lara y la sensibilidad del mismísimo Agustín Lara. “Por amor” ha sido todo un himno de guerra en las tardes optimistas de los años setenta, final obligatorio en todos los conciertos públicos y obligatorios del país dominicano, no salvándose del hechizo ni siquiera el cantante lírico don Plácido Domingo. “Por amor” es el Himno Nacional Dominicano del siglo XX, voz posible de cualquier pausa en la Pascua Juvenil. Los temas de Solano siempre han estado lidiando entre un amor cool y un estarse yendo por la sombrita. Sin embargo, si hay un tema de esos que se te meten por los huesos, que siguen corriendo luego que has sacado las llaves del auto y te dispones a ponerle las alas, ese es “Magia”.
Ya regresaremos con Wilfrido Vargas y los otros.