SANTIAGO.- Amaury Pérez, aquel que al despuntar los años 70s fue de los artífices del movimiento de la nueva trova cubana, y que hoy se autodefine como “un loco auténtico”, confiesa que nunca le ha importado ser admirado, aunque sí muy querido. Este hombre no reniega de su condición revolucionaria y de afecto al sistema comunista que impera en su querida Cuba, a pesar de que, según su criterio, para las autoridades de esa isla es peligroso, hasta el extremo de que llegaron a proscribir su música por un tiempo.
Amaury hizo este martes en esta ciudad una relampagueante radiografía de su existencia, al encabezar un conversatorio en el Centro León, titulado “Confesiones de un trovador”, como preámbulo de la presentación que tendrá este miércoles, en el Gran Teatro del Cibao.
En la actividad, Amaury Pérez recibió una resolución del Ayuntamiento de este municipio, que lo declara como “huésped distinguido”, proclama que le fue entregada por los ediles Élcida Díaz, Eladio Suárez y Clement de la Cruz.
El cantautor cubano compartió la primacía del encuentro con Rafael Emilio Yunén, director del Centro León; Fernando Cabrera, presidente de Casa de Arte y las periodistas Grisbel Medina y Luisa Rebeca.
Tiene un concepto muy particular de la vida y eso le ha granjeado múltiples dificultades en su país, incluso con la mayoría de los que, junto a él, formaron hace más de 30 años el movimiento de la nueva trova cubana, entre ellos Pablo Milanés, Sara González, Vicente Feliú y Noel Nicola.
De Silvio Rodríguez tiene un criterio diametralmente distinto a los demás de ese grupo, al que definió en el encuentro de este martes como un verdadero hermano, solidario y humano en grado sumo.
En su diálogo en el Centro León, Amaury evocó aquella época en que los artistas cubanos comprometidos con el régimen vivían grandes dificultades fuera de su patria.
Recordó que, estando aquí para unas navidades, se le contrató para cantar en el hotel Jaragua junto a la también cubana, pero nacionalizada española Luisa María Güell, actuación que no pudo realizar “porque ella dijo que si yo cantaba, no subía al escenario…y la complacieron”.
Para Amaury Pérez, constituye un misterio el hecho de que, con las dificultades que han tenido los artistas cubanos, para hacer llegar sus grabaciones al resto de América Latina, el público siempre los respalda.
No tiene reparos en admitir que llevaba una vida desorganizada, que consumía mucho alcohol pero que, después de sufrir una gastritis, de hipertensión y hasta una trombosis cerebral en abril de 1981, ha ido dándole otro sentido a su existencia. “Antes era un loco, ahora soy un auténtico loco”, proclamó con una sonrisa.
Confesó que, aunque en otras ocasiones había estado en esta ciudad, incluyendo para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1986, es en esta oportunidad cuando realmente siente que ha estado aquí.
Y no es para menos, porque cuando vino hace 20 años, las horas que tuvo aquí las consumió, de manera fundamental, tomando alcohol “pero en esta oportunidad me han llevado a muchos sitios y hasta el monumento, que no conocía, lo visité”.
Amaury Pérez se encuentra en Santiago desde el pasado domingo y tan bien se ha sentido, que no ha sentido nostalgia de estar lejos de su esposa e hijos “y es tan grande la quietud que disfruto, que me estoy quedando más tiempo de lo normal en la cama y hasta percibo que el colchón me abraza”.
El artista cubano, que ronda los 53 años de edad y que se considera más compositor que cantante, estará aquí hasta el jueves próximo, invitado por Casa de Arte, específicamente para el concierto dentro del XIII Festival Artevivo 2006.
Para la presentación de este miércoles, Amaury Pérez dijo que definirá el repertorio que ofertará horas antes del show, aunque prometió que estará basado en canciones conocidas por el público, pero que va a interpretar una que nunca ha cantado “y siquiera mi mujer la conoce”.
A pesar de su recia formación ideológica, Amaury no se conoce como autor de letras inclinadas hacia la política y todo porque, a su juicio, las canciones con ese corte son perecederas, no así partos musicales como “Acuérdate de Abril” o “Para hacerte venir”, que forman parte de su extenso catálogo.