La República Dominicana y Haití han compartido territorio durante siglos siendo enemigos circunstanciales, aliados estratégicos, o simplemente vecinos. La República Dominicana, como país fronterizo con más fortalezas a nivel político, social y económico que Haití, ha vivido de espaldas a la realidad haitiana ocasionando esto que la sociedad internacional nos haga cómplice de su deterioro.
Las razones que puedan explicar el conflicto existente entre ambos países, podría ser interpretado como simples justificaciones para todo aquel ajeno al pasado bélico entre Haití y la República Dominicana. Uno y otro han sido partidarios del detrimento de sus relaciones.
El tema de la inmigración de los haitianos a la República Dominicana trae consigo impactos económicos y sociales que deben ser discutidos con toda la minuciosidad posible por parte de ambos Estados, ya que si no buscamos soluciones aterrizadas y con caracteres institucionales, ambos países sufrirán consecuencias indeseables.
Los acuerdos internacionales mejoraron la relación entre ambos países
Las relaciones entre R.D. y Haití, resquebrajadas con el paso de los años, se han visto solidificadas con la participación de ambos países en acuerdos internacionales. Siendo parte de soluciones y no del problema permite olvidar aquellas heridas profundas y trabajar en sanarlas.
Ahora bien, debemos recordar que la situación de Haití no podrá ser mejorada en un abrir y cerrar de ojos, por lo que es necesario que busquemos alternativas capaces de fortalecerlos, ayudándolos y a la vez obteniendo beneficios para ambos países.
Asimismo, debemos visualizar nuestras fortalezas y debilidades, conocer nuestras realidades, plantear correcciones y como resultado de esto, elaborar políticas públicas con el objetivo de planificar proyectos que unan a los dos países en el mejoramiento de sus relaciones, así como la promoción de la institucionalidad para ese fin.
La Ley Migración de la República Dominicana
Se ha querido establecer que la Ley 285-04, sobre migración, trae consigo el detenimiento del impacto económico que produce el flujo migratorio en la República Dominicana una vez que esta establece que los no residentes se consideran personas en tránsito. La inmigración pudiera ser tanto un pasivo como un activo en un país.
Si se concretizaran políticas con las instituciones encargadas de regular las relaciones y controlar y vigilar la inmigración al territorio nacional y ambos países colaboraran en la promoción del crecimiento económico, social y político, la nacionalidad no sería un tema de discusión.
Haití y las relaciones comerciales con República Dominicana
Las relaciones comerciales entre República Dominicana y Haití no son ni la sombra de lo que pudieran ser, pero aún así este país vecino representa uno de nuestros socios comerciales más importantes. El comercio entre estos países se podría definir más como informal que formal, ya que sus estrategias no se enfocan en las inversiones como tal, sino que son irrespetadas todas las normas tendientes a reglamentar esos flujos económicos.
La construcción de zonas francas y demás industrias capaces de generar empleos en puntos estratégicos de la frontera, tanto a dominicanos como haitianos, podría ser una vía idónea para mejorar las relaciones dominico haitianas, y tratar de dinamizar su economía a partir de la generación de empleos y aumentar las inversiones internacionales, y así de esta manera, ayudar a millones de personas a recuperar su calidad de vida.