WASHINGTON.- Los jubilados estadounidenses emigran cada día más a América Latina, por razones principalmente económicas, cruzándose en el camino con cientos de miles de jóvenes que tratan de buscar mejor vida al norte de la frontera, indica un estudio reseñado por AFP. "Estados Unidos no es sólo un país de inmigración. También es un país de emigración", afirmó Demetrios Papademetriou, presidente del Instituto de Política Migratoria (MPI, por sus siglas en inglés), que realizó un informe centrado principalmente en dos países: México y Panamá.
Según el documento, "un flujo de estadounidenses en continuo aumento se ha estado dirigiendo a América Latina, especialmente para la jubilación", una tendencia que se va a acelerar "a medida que envejezca la generación del baby boom", o sea la generación nacida después de la Segunda Guerra Mundial.
En los casos de México y Panamá, la población de estadounidenses mayores de 55 años "aumentó considerablemente" entre 1990 y 2000 "y los datos sugieren que este flujo sigue aumentando rápidamente", aseguró el MPI, tras subrayar las dificultades para conseguir datos sobre este nuevo tipo de emigración.
Los investigadores del MPI hallaron que 28.247 estadounidenses mayores de 55 años estaban radicados en México en 2000, un 17% más que diez años antes, mientras 1.159 habían optado por instalarse en Panamá, más del doble de 1990, basándose en informaciones de sendas oficinas nacionales del censo.
Mientras tanto, cerca de once millones de emigrantes mexicanos optaron por buscar mejor vida en Estados Unidos, principalmente por razones económicas.
Paradójicamente, los factores económicos tambien "parecen pesar fuertemente en las decisiones de los jubilados de mudarse, tanto al considerar los países de destino como la decisión inicial de abandonar Estados Unidos", precisó el documento.
Las personas entrevistadas mencionaron "el bajo costo de la vida como un factor clave que influyó en su decisión de jubilarse" en México o Panamá, así como "los bajos impuestos sobre las propiedades, mientras otros aseguraban que ya no podían hacer frente a sus crecientes gastos de salud en Estados Unidos.
El MPI destacó que los jubilados "proporcionan capital humano y financiero a sus nuevas comunidades", al disponer de ingresos mensuales casi cuatro veces superiores a los de los mexicanos de la tercera edad.
En México, el Estado de Jalisco (oeste) tiene una gran concentración de "inmigrantes" estadounidenses, al tiempo que los encantos coloniales de ciudades como San Miguel de Allende (Guanajuato, noroeste) también sedujeron a numerosos jubilados del país vecino.
Al igual que la de los emigrantes mexicanos en el norte, su integración topa con dificultades. Muchos jubilados mencionaron el idioma español como "el reto principal para adapatarse a sus nuevas comunidades", explicó el estudio.
Por ejemplo, "algunos jubilados en San Miguel de Allende observaron una tendencia a la formación de enclaves de jubilados", debido principalmente a sus dificultades para hablar español.
Según el MPI, para "muchos jubilados", los problemas con el idioma constituyeron "una barrera para el establecimiento de relaciones locales y para llevar a cabo trámites oficiales o gubernamentales".