La Paz, 1 jul (PL) Los bolivianos se aprestan a concurrir este domingo a las urnas, en una jornada clave para la consolidación del proceso de cambios que vive el país, frente a los intentos de partidos tradicionales de recuperar posiciones. Unos tres millones 700 mil ciudadanos elegirán 255 miembros de la Asamblea Constituyente -tres por cada una de las 70 circunscripciones electorales y cinco por cada uno de los nueve departamentos (provincias)-, la cual se instalará el 6 de agosto próximo.
Al mismo tiempo, las poblaciones de cada departamento decidirán si optan o no por encomendar a la Constituyente que establezca un régimen autonómico en las jurisdicciones que sí lo decidan.
El gobierno y las organizaciones populares alientan una victoria amplia del gobernante Movimiento al Socialismo, con al menos 70 por ciento de los votos.
De materializarse, se aseguraría la continuidad y consolidación del proceso de cambios en marcha y refundación del país en términos de una democracia participativa.
La prédica de las fuerzas de oposición ha consistido en enunciados generales sobre la nueva Carta Magna y fundamentalmente en ataques que buscan descreditar al gobernante, Evo Morales, y mellar la alta aprobación de su gestión, de entre 75 y 80 por ciento.
Ante el favoritismo del MAS, los sectores políticos tradicionales, las tendencias regionalistas y los círculos empresariales han acentuado su accionar en una campaña en favor de las autonomías regionales.
Pretenden así rescatar bastiones en los que esperan mantener sus privilegios y apoderarse de los recursos naturales, lo que implica serios peligros de separatismo, según el gobierno y el MAS.
El presidente Morales, su partido y las organizaciones sociales promueven el rechazo a las autonomías, por considerar que en los términos planteados serán usadas por grupos oligárquicos en su exclusivo beneficio.
Los últimos preparativos de los comicios, a cargo de la Corte Nacional Electoral (CNE), tienen como contexto la normalidad del proceso, verificado por las misiones observadoras de la Unión Europea (UE) y de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Las tensiones y los afanes del opositor grupo Poder Democrático (Podemos) de hacer diversas imputaciones, continúan junto a preocupaciones de las autoridades de seguridad por posibles brotes de violencia durante la jornada de mañana.
El presidente de la misión observadora de la OEA, Horacio Serpa, confirmó que Podemos, del ex presidente Jorge Quiroga le presentó una denuncia informal sobre una supuesta intervención del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en Bolivia.
Quiroga coincide con el gobierno de Estados Unidos en su irritación por las estrechas relaciones entre La Paz y Caracas. Serpa tomó con cautela la denuncia, al indicar que invitó a Podemos a presentar su queja a la CNE, que previamente declinó pronunciarse.
Serpa dijo haber tratado el asunto con el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, y escuchado los puntos de vista gubernamentales sobre el tema.
En cuanto a la seguridad de los comicios, las Fuerzas Armadas y la Policía fueron puestos a disposición de la CNE. Más de 30 mil soldados y policías custodiarán los 23 mil colegios que funcionarán en tres mil 877 locales, principalmente escuelas.
El jefe de la Policía, general Isaac Pimentel, dijo a la estatal Agencia Boliviana de Información (ABI) que sus efectivos han identificado ciertas zonas de riesgo de incidentes durante la jornada de mañana.
Se trata, precisó, de zonas en las que puede haber disturbios relacionados con la polarización gobierno-oposición y las exacerbaciones en torno al tema de la autonomía.
Pimentel manifestó previamente preocupación por la posible existencia de grupos armados desestabilizadores, debido a la detección y captura de elementos con armas durante una reciente concentración en favor de las autonomías.
Las detenciones fueron hechas en la oriental ciudad de Santa Cruz, bastión de la confluencia conservadora, empresarial y regionalista contra el gobierno de Morales.