El interés del senador del D.N., José Tomás Pérez, en lo relativo a la modificación del Código Procesal Penal de la República Dominicana, es claramente una respuesta a las actuales enfermedades delictivas que padece el país. La propuesta de modificación al CPP pretende ser menos piadosa con los delincuentes que invaden las calles nacionales, y buscar que dicha transformación al código, calme a esos actores despiadados.
Este país ha sido testigo de las constantes modificaciones a instrumentos jurídicos como producto de situaciones coyunturales, incluso intereses de turno. Nuestro actual consultor jurídico bien catalogó esta propuesta de modificación al CPP como una solución emocional y circunstancial que se ve parcializada.
Es cierto que la situación de incertidumbre que viven hoy en día los ciudadanos dominicanos en lo relativo a la delincuencia, es crítica y que nadie baja la guardia. Pero si cada vez que el país viva un problema como este o peor, modificamos leyes, normas, reglamentos, estaremos flexibilizando y ablandando nuestro sistema legal provocando la falta de credibilidad del pueblo dominicano en el aparato legislativo y judicial, y el adiós a la seguridad jurídica dominicana.
Debemos ser objetivos al plantear este tipo de propuestas. No sólo encontramos soluciones en propuestas de modificación a leyes, también existen muchas alternativas que nos ayudan a lograr mejores resultados, en menos tiempo y con mayores beneficios para la sociedad.
Las políticas dirigidas a mejorar el régimen penitenciario de la República Dominicana, las estrategias nacionales para garantizar la reinserción del individuo que delinquió a la sociedad, así como el entrenamiento del cuerpo de empleados de la Dirección General de Prisiones y la Policía Nacional, son un verdadero aporte y constituyen los pasos iniciales para solucionar los problemas de la delincuencia en la República Dominicana.
El infante Código Procesal Penal debe mantenerse intacto mientras su propósito se ve materializado en la sociedad dominicana. De esta manera, la credibilidad de los ciudadanos no se verá desperdiciada una vez más.