DORTMUND.- Italia, con goles en la agonía del alargue de Fabio Grosso y Alessandro del Piero, venció el martes 2 a 0 a Alemania y jugará la final de la Copa del Mundo contra el ganador del choque entre Francia y Portugal. Los penales acechaban cuando Grosso a los 119 minutos y del Piero en los descuentos marcaron para Italia, que en ese mismo alargue metió dos pelotazos en los palos.
Italia es tres veces campeón mundial y la del domingo en Berlín es su sexta final. Alemania también es tricampeón.
Durante el primer cuarto de hora pegaron más de lo que jugaron, con ambos equipos sin ninguna innovación táctica, ya que desplegaron líneas de cuatro firmes que desaconsejaban cualquier intento de gambeta más allá del área grande.
Taponada esa vía, se sugería el tiro de media distancia o el contragolpe, como lo entendió Italia cuando Gianluca Zambrotta picó al vacío para recibir un pase de Favio Cannavaro y solo ante Jens Lehmann adelantó la pelota y permitió el bloqueo del arquero del Arsenal.
Con poco espacio para la maniobra, Italia se plantó de forma inteligente, con Mauro Camoranesi volanteando el sector derecho y en duelo eterno con Phillipp Lahm, quien en una de las jugadas quedó desairado por un caño del italoargentino y lo derribó cerca del córner, antes que el papelón derivase en jugada de riesgo.
Una media vuelta de Lukas Podolski sobre el travesaño y un centro pasado de Andrea Pirlo que Marco Materazzi no alcanzó a conectar, fueron otros ingredientes de peligro en partido por entonces de ida y vuelta, donde el vértigo le ganaba con creces a la pausa.
En medio de ese ritmo demoledor, los germanos estuvieron a punto de abrir el marcador pasada la media hora, cuando Miroslav Klose se la sirvió hacia la izquierda a Bernd Schneider, quien entrando en diagonal enfrentó a Gianluigi Buffon y la mandó por arriba.
Poco después, Buffon volvió a trabajar cuando descolgó un centro de Michael Ballack que buscaba la cabeza de Klose, en una fórmula alemana de juego aéreo que no le dio resultado.
Casi sobre el final de la etapa, el árbitro mexicano Benito Archundia se acordó de usar la tarjeta, y le mostró la amarilla a Tim Borowski por falta a Francesco Totti, que al igual que Ballack buscó erigirse en fuentes creativas pero sin imponer sus ideas.
Intérpretes perfectos de lo que es jugar a un toque, Italia y Alemania descansaron el cuerpo pero no sus ideas.
Casi saliendo del túnel, Klose se despidió de la marca de Genaro Gatusso y cuando iba a rematar apareció Buffon para neutralizar la ejecución. Y en la jugada siguiente, Pirlo se la pasó a Perrotta y un salvador de Arne Friedrich ahuyentó el fantasma del gol.
Poco a poco, Alemania pasó a controlar el juego y a darle más trabajo a la trinchera italiana, en la que Buffón volvió a lucirse al sacar un remate de Podolski cuando el estadio era una caldera, con gritos de gol atragantados, abucheos al rival y varios "uhhhh" ante acciones de riesgo.
Antes del alargue, un Ballack por entonces desdibujado tuvo un tiro libre casi pisando el área grande, lo que se dice un "medio gol".
Pero en vez de acariciarla por sobre la barrera, el alemán le pegó un balinazo a las tribunas que impactó en un compatriota, uno de los tantos que quizás abucheó a Camoranesi cuando en el descuento vio la amarilla por falta contra Sebastian Kehl.
Tras el minidescanso, los palos salvaron dos veces a Alemania: primero, una soberbia jugada individual de Vincenzo Iaquinta terminó en un palo, y luego un furibundo disparo de Zambrotta conmovió el travesaño.
Y también el de millares de corazones de alemanes, en franca mayoría en el estadio, aunque el "¡Italia…Italia!" resonó con fuerza.
Daba la sensación de que los azzurri estaban más enteros y que buscaban evitar los penales. Un indicio de ello fue el ingreso de del Piero, un atacante más de punta que su reemplazado Simone Perrota.
Pero de Alemania no hay que fiarse: un centro de David Odonkor fue capitalizado con un frentazo apenas desviado por Podolski, justo en la expiración de la mini-etapa.
Con la pelota de una área a la otra, el juego no declinó en intensidad, con Alemania repuntando por la frescura y los desbordes que le dio Odonkor por el flanco derecho.
La mano salvadora de Buffon al enviar al córner un remate de Podolski, fue otro susto que se llevó Italia, que a su vez respondió con un tiro fuerte y rasante de del Piero, apenas desviado.
Y en medio del cansancio de ambos equipos y con los penales golpeando a la puerta, primero Grosso y recibió de Pirlo y metió el primero y luego del Piero el segundo en un contragolpe.