MUNICH.- Un gol de penalti de Zinedine Zidane clasificó el miércoles a Francia para la final del Mundial de Alemania contra Italia, con un triunfo por 1-0 sobre Portugal. El resultado, justo y trabajado aunque sin mucho brillo, dejó a Francia a las puertas del segundo título de su historia y acabó con un invicto de doce partidos que Luiz Felipe Scolari arrastraba desde el Mundial de 2002 como técnico de Brasil.
Scolari ganó siete partidos hasta conquistar el mundial de hace cuatro años y en 2006 había avanzado, sin perder, cinco partidos con Portugal.
La selección lusitana que no perdía hace 17 partidos, desde que cayó en la final de la Eurocopa 2004 contra Grecia, podrá refrendar, el próximo sábado en Stuttgart, la mejor página de su historia al dirimir con los anfitriones alemanes el tercer puesto del Mundial.
El gol de la victoria salió a los 33 minutos al convertir Zidane un penalti cometido por Ricardo Carvalho a Thierry Henry.
Zidane ejecutó el lanzamiento cerrado al ángulo derecho de Ricardo, pese a su acertada estirada.
Francia administró sin exaltaciones un encuentro que por lo que plantearon Raymond Domenech y Luiz Felipe Scolari, más pareció una partida de ajedrez.
Portugal tuvo el balón y se aproximó con entusiasmo a la puerta de Fabien Barthez, pero apenas pudo crear en el primer tiempo tres jugadas de efectivo riesgo. En el segundo, los de Scolari se volcaron con más ímpetu que orden, y pagaron caro la falta de gol que mostraron a lo largo de la competición.
Ricardo, el guardameta lusitano, pasaba inadvertido en el partido hasta que a los 33 minutos perdió el pulso con Zidane en la jugada de los doce pasos.
Francia, fiel a su esquema con cuatro en el fondo, apostó tres en la mitad en rol de contención, debido a que Florent Molouda resignó sus continuos desenganches al ataque para ayudar a Claude Makelele y Patrick Vieira.
Salvo algunas escaramuzas iniciales, los de Domenech se las arreglaron sin problemas para aislar a Deco, de gran movilidad en los primeros minutos, y frenar a Cristiano Ronaldo, quien se mostró brioso en sus desbordes por las bandas, a pesar de los rabiosos abucheos que escuchó de los hinchas franceses cada vez que tomaba el balón.
En Portugal, Ricardo Carvalho y Fernando Meira tuvieron que multiplicarse para contener la fuerza de Thierry Henry. El jugador del Arsenal tuvo arrestos para caer sobre la banda de Miguel y dejarle en aprietos con su desborde corto, en tanto que por el otro flanco Nuno Valente sostenía un duelo especial con Frank Ribery.
A los dos minutos Henry recibió un pase en profundidad, ganó la espalda de Miguel y remató desviado a la puerta. A los cinco, Portugal replicó con un remate de Deco de pierna derecha que Barthez desvía de su puerta con felina arrojada.
Una jugada de Cristiano Ronaldo dejó a los diez minutos el balón a Maniche, que remató por encima del larguero de Barthez.
Pasados veinticinco minutos, Portugal se perdió en la intrascendencia y con el crecimiento de la sombra de Zidane y Henry.
Las buenas intenciones de Cristiano Ronaldo, Deco, Maniche y Figo morían por falta de rematador final, pues Pauleta deambuló sin espacio, apenas el que se abrió en el minuto 53 con un remate que se anidó en la red exterior.
El penalti convertido por Zidane en el m.33 fue la puntilla al mal momento de Portugal y el punto de partida para la aparición de Henry y Ribery.
A los 47 el punta del Arsenal Henry gana el puso a su marcador y soltó un zapatazo seco que explotó en el cuerpo de Ricardo antes de perderse a la raya final. Un minuto después Ribery, con una rápida media vuelta, estremeció a Ricardo.
Francia ajustó las marcas y renunció al poder de ataque que le daba Ribery para apostar más hombres en el medio. Scolari hizo lo propio apostando por Helder Postiga y Simao Sabrosa y el partido se tornó abierto.
Los portugueses pudieron empatar a los 75 minutos con un tiro franco de Cristiano Ronaldo que supera la barrera. Barthez contuvo a medias y Figo, superando rivales en el salto, apareció para enviar de cabeza el balón sobre el larguero.
En la última jugada del partido Ricardo subió junto con sus demás compañeros a ejercer presión en el lanzamiento de un córner.