SANTIAGO.- Luego de su conversión a un área turística, hace más de 20 años, el Mercado Modelo, de esta ciudad, mantiene su higiene y organización desde los años 80s. Porque fue precisamente al inicio de ese decenio cuando la administración municipal de entonces, resolvió cambiar por completo la razón de ser del edificio donde funciona una multiplicidad de negocios, que sirve para ofertar los más variados productos.
La vetusta edificación de dos niveles fue inaugurada en 1946 y está ubicada en el perímetro que conforman las calles Del Sol, General Cabrera y España, vale decir, en el mismo corazón de Santiago.
Antes, tanto en el interior de la vieja edificación, como en sus laterales, proliferaban, de manera fundamental, negocios de venta de productos comestibles, frutas, brebajes, pequeños sitios de expendio de comidas, barras y algunas tiendas que ofertaban ropas y calzados.
Entonces no se pensaba en acondicionar un espacio de la ciudad, donde los turistas, especialmente extranjeros, (y que diariamente visitan a Santiago) pudieran observar y comprar muchos de los productos de artesanía que se fabrican aquí.
Lograr erradicar de allí la mayoría de esos negocios, que no eran otra cosa que antros de prostitución y homosexualismo, las autoridades municipales de entonces libraron una titánica batalla, que finalmente ganaron gracias al buen juicio de la colectividad santiaguense.
Víctor Jiménez, administrador de ese establecimiento propiedad del municipio, explica que ya es cosa del pasado el desorden que, en todos los órdenes, prevalecía en el lugar.
De todos los negocios que existían allí ante de ser reacondicionado, pocos prevalecen, entre los que se destaca la casa de cambio de billetes y quinielas de Gabino Jorge, pionero de ese tipo de establecimientos en Santiago y el país.
La conversión del Mercado no ha sido un hecho fortuito y de eso están conscientes los propietarios de los establecimientos ubicados en el lugar, por lo que hace años fundaron una asociación que, entre otras cosas, tiene el compromiso de evitar que esa área vuelva a ser copada por negocios como los erradicados hace años.
Tras lograrse el desalojo de esos negocios, en el Mercado Turístico ahora operan 53 módulos que ofertan toda suerte de artículos artesanales, incluidos tradicionales instrumentos musicales, prendas preciosas, ropas para vestir y deportivas y las más variadas marcas de zapatos y tenis.
En adición a esos módulos, en el lugar también existen 75 vitrinas, que sirven para darle mayor vistosidad al exclusivo establecimiento que, en el centro, fue construida una fuente, bordeada por bancos que son utilizados por los visitantes para sentarse y descansar.
Resalta el administrador del Mercado Modelo que diariamente se presentan allí turistas provenientes de distintos países europeos, así como de Estados Unidos, Canadá, Puerto Rico, Cuba y Perú.
Víctor Jiménez no vacila al afirmar que es en los meses de verano cuando el Mercado Turístico es visitado con mayor frecuencia por los turistas, multiplicándose entonces las ventas en los diferentes negocios del lugar.