ESPAÑA.- El papa Benedicto XVI descansa ya en el palacio Arzobispal de Valencia, tras las primeras horas de su viaje a España para participar en el V Encuentro Mundial de la Familia. En esas horas ha tenido tiempo para defender el papel de la “familia fundada en el matrimonio”, para rezar por los fallecidos en el accidente del metro que se cobró el lunes la vida de 42 personas y para recibir el cariño de las miles de personas que le han acompañado por Valencia.
La mañana del Pontífice ha estado cargada de actos desde que su avión aterrizara a las 11.30 en el aeropuerto de Manises, donde le han dado la bienvenida los Reyes, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y otros miembros del Gobierno central y el valenciano.
Dos asuntos traía especialmente marcados en su agenda: el objeto de su visita, el Encuentro de las Familias, por un lado; y la tragedia del metro de Valencia, ocurrida el lunes, a la que se ha referido en sus palabras y que le ha obligado a retocar sus actividades para hacer una emotiva parada en la estación de Jesús, donde ha rezado por las 42 víctimas mortales en compañía de los Príncipes de Asturias y de los trabajadores de emergencias.
Los dos asuntos han marcado su jornada matinal desde el mismo inicio. Ya en su discurso de bienvenida, don Juan Carlos se ha referido al momento de “dolor” en que se produce la visita del Papa, que "trae un gran consuelo para todos".
También ha destacado el papel de la familia como "núcleo esencial de la vida, de la transmisión de valores y de la forma del ser humano".
Palabras que el Papa ha refrendado al destacar el valor "insustituible" que la "familia fundada en el matrimonio" tiene para la Iglesia y su "papel central para la sociedad".
ORACIÓN EN LA PARADA
El accidente del metro ha estado presente en sus primeras palabras, cuando ha saludado a la archidiócesis de Valencia, "que acompaña en el dolor a las familias de las víctimas del trágico episodio".
Pero además, el trágico suceso, ocurrido pocas fechas antes de la visita, ha obligado a un cambio en el recorrido del papamóvil en su camino del aeropuerto a la ciudad, una traslado que ha servido para que el Pontífice sintiera el calor de miles de fieles apostados en las calles.
El vehículo papal se ha detenido junto a la estación de Metro de Jesús, donde se produjo el siniestro, para que Joseph Ratzinger rezara una oración por las víctimas. Le han acompañado don Felipe y doña Leticia, decenas de trabajadores de emergencias y cientos de ciudadanos.
Después, el baño de multitudes ha continuado hasta que el Papa ha llegado a la catedral de Valencia y a la Basílica de la Virgen de los Desamparados. En la plaza de la Reina, bajo un intenso calor, miles de personas han rezado junto a él un Padrenuestro en memoria de los fallecidos del metro.
Además, ha pedido a la Virgen que "sea consuelo" para "todas las familias que han sufrido las consecuencias del accidente”. Además, ha saludado y confortado personalmente a los familiares de las 42 víctimas, presentes en el acto.
Ha sido el último acto de la mañana. Ya por la tarde, se trasladará al recinto de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, donde tiene lugar el Encuentro de la Familia, que clausurará el domingo.
FERVOR POPULAR
Decenas de miles de personas se han dado cita en Valencia para agasajar al Papa durante su visita a la ciudad. Pese al calor reinante en la ciudad, decenas de fieles estaban presentes en el propio aeropuerto, con pancartas y banderas españolas y vaticanas, para dar la bienvenida al Papa y aplaudir sus primeras palabras.
Durante su recorrido por la ciudad, miles de personas le han visto a bordo del papamóvil y varios cientos han rezado con él junto a la parada de la estación de metro de Jesús.
Finalmente, la plaza de la Reina, donde se erige la catedral de la ciudad, estaba atestada de peregrinos cuando el Papa ha salido a rezar un Padrenuestro por las víctimas del accidente. Antes, seguían el inicio de la visita a través de las pantallas de televisión instaladas en la plaza.
Desde primeras horas de la mañana los fieles han teñido del amarillo de las gorras y las mochilas del peregrino las calles de Valencia y han coreado el nombre del Papa con consignas como "sí, sí, el Papa ya esta aquí" o "Benedicto, oé".