Supongo que a más del 90 por ciento de los ciudadanos les llamó poderosamente la atención el espacio pagado en todos los periódicos del presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Subero Isa, advirtiendo sobre una situación que bien pudo haberse hecho mediante una circular interna a los jueces.
Apenas tres párrafos, el primero de 6 líneas, el segundo de 4 y el tercero de 5, tiene el comunicado que, sin embargo, se publicó en páginas completas, con letras bien grandes para que todos pudiéramos leerlo.
Obviamente, el magistrado Subero quería llamar la atención, no sólo de los jueces, sino de todo el país. Para que conste. La pregunta es: ¿Por qué? ¿Por qué el presidente de la Suprema Corte de Justicia "les recuerda a todos los integrantes de la Judicatura que la Constitución de la República, la Ley de Organización Judicial, la Ley de Carrera Judicial y su Reglamento de Aplicación y otras disposiciones legales, así como el Código Modelo Iberoamericano de Etica Judicial, consagran la independencia e imparcialidad de los jueces de la República?
¿A cuáles jueces de manera específica se referirá el presidente de la Suprema Corte de Justicia? ¿A todos o a una parte?
Decía José Martí que en política hay cosas que se ven y otras que no se ven. ¿Qué es lo que no se ve en el comunicado? ¿Qué es lo que Subero dice sin decir? ¿Por qué exhorta "a todos aquellos magistrados del orden judicial a denunciar por ante el Despacho del suscrito las presiones a que se encuentren sometidos en relación con los asuntos de que están apoderados, sin importar que las presiones provengan del propio Poder Judicial o fuera de éste"?
Vayamos por parte. ¿Dijo presiones? ¿Presiones del propio Poder Judicial? ¿Jueces presionando a otros jueces? Para que un juez presione a otro tiene que tener un rango superior. Un juez de corte no tiene poder para influenciar en las decisiones de otros de menor nivel, ni para chantajearlo, a menos que no sea corrupto.
¿No será que algún magistrado de la propia Suprema Corte de Justicia esté utilizando el poder que le da su jerarquía para influir en la toma de decisión de algún juez que en estos momentos tenga en sus manos un caso importante, el más importante de todos los casos que se está hoy en los tribunales del país? ¿Será eso?
Se juega el todo por el todo Subero Isa cuando afirma estar dispuesto a redoblar sus "esfuerzos en aras de que las decisiones se adopten con absoluta independencia e imparcialidad". Y más aún, asegura que "está en disposición de someter a juicio disciplinario, por ante el Pleno de la Suprema Corte de Justicia, a todos aquellos miembros del Poder Judicial que incurran en violación a la Ley, sin descartar el sometimiento penal cuando proceda". ¡Rayos y centellas!
No estamos, pues, frente a una simple bravuconada. Para que el magistrado Subero Isa hable en términos tan drásticos, con amenazas tan serias, tiene que estar pasando algo muy, pero muy grave en el Poder Judicial, en el tronco, en la matriz, en el centro, es decir, en la propia Suprema Corte de Justicia.
¿Qué está pasando en el seno de la Suprema Corte de Justicia? ¿Quién o quienes están metiendo las manos donde no se debe?
Una parte del gobierno está metido de cabeza, hasta donde no se puede más, para impedir que la Justicia actúe con transparencia e imparcialidad en el más importante proceso judicial que se lleva a cabo en estos momentos en el país.
El Procurador General de la República, que no ha podido hacer cumplir la sentencia 1176 del 20 de agosto del 2004 de la Suprema Corte de Justicia, dijo que ha tenido que "pagar un precio muy alto" por mantener su postura en el caso de referencia. ¿Y si eso es el Procurador, jefe del Ministerio Público, qué no serán los demás integrantes de ese organismo que, según la ley, también debe actuar con absoluta independencia?
El gobernador del Banco Central está pagando un precio muy alto por continuar con el caso, a tal punto que en pleno Consejo de Gobierno recibió una fuerte reprimenda en presencia nada más y nada menos que del presidente de la República, que en un acto insólito, propuso colocar el tema en agenda en "un próximo Consejo de Gobierno".
Todo el que reclame que la Justicia actúe libremente pagará un pecio muy alto.
Dada la complicidad del gobierno, su firme apoyo a los imputados, 7 de cada 10 ciudadanos opinan que no habrá justicia en el mayor escándalo de fraude del país, a pesar incluso de la presión internacional y del cúmulo extraordinaria de pruebas contra los acusados.
La Suprema Corte de Justicia es objeto de debate en determinados círculos de poder. Se habla de poner y de quitar cuando se convoque al Consejo Nacional de la Magistratura. La mayoría se impondrá como aplanadora en todos los estamentos del Estado. El que no negocie, el que no se acoja a los dueños del poder, terminará en la calle. ¡Out!