NUEVA YORK, jul (Tierramérica) – Seis años después de fracasar en su intento por ocupar la Casa Blanca, el ex vicepresidente estadounidense Al Gore volvió al centro de la escena nacional, pero ahora como adalid de la corriente ecologista.
Gore, un ambientalista de toda la vida y vicepresidente entre 1993 y 2001, intenta ahora construir un movimiento en todo Estados Unidos para obligar a los políticos de Washington a repensar su políticas sobre el cambio climático.
Desde el mes pasado, cuando divulgó su documental "Una verdad inconveniente", que advierte sobre los peligros del recalentamiento planetario, el nombre de Gore resuena otra vez en todos los medios estadounidenses.
Estimulado por la exitosa presentación de la película, que ya fue vista por millones de personas, Gore ahora prevé lanzar una campaña nacional para movilizar a la opinión pública sobre el problema del cambio climático.
En la campaña, cuyo inicio está previsto para fines de este verano boreal, participarán al menos 1.000 activistas que serán capacitados por el propio Gore y organizarán actividades en todo el país para concientizar a la población.
El ex vicepresidente parece estar convencido de que la presión de los congresistas puede transformar la política oficial estadounidense sobre el cambio climático..
Bajo el Protocolo de Kyoto, de 1997, 34 países industrializados están obligados a reducir para 2012 sus emisiones de "gas invernadero" 5,2 por ciento con respecto a los niveles de 1990. Esos gases son los causantes del recalentamiento planetario, según la mayoría de los científicos.
Pero el presidente George W. Bush no sólo retiró la firma que había estampado en el acuerdo su predecesor, Bill Clinton (1993-2001), arguyendo que afectaría la economía de su país, sino que además pone en duda las proyecciones de la comunidad científica sobre el cambio climático.
Gore, que jugó un papel clave en los esfuerzos mundiales para la firma del tratado, rechazó los argumentos de Bush y señaló que Estados Unidos es uno de los mayores responsables del recalentamiento planetario.
"No podemos dejar pasar este momento. He escuchado y visto varias veces antes que la preocupación sobre la crisis climática llega a la cúspide, y meses después se evapora. Creo que esta vez es diferente", señaló.
La campaña de Gore, del ahora opositor Partido Demócrata, incluye también la creación de lo que llama "Alianza para la Protección del Clima", integrada por prominentes líderes empresariales, sindicales y religiosos, y con la misión de recaudar decenas de millones de dólares.
Esto ha llevado a algunos a decir que Gore podría aprovechar este apoyo para presentarse en las elecciones presidenciales de 2008, pero él calificó de "absurdas" las especulaciones.
"Creo profundamente que la crisis climática debe ser definida como un tema moral, y no político", dijo Gore a la revista Grist.
Aunque el ex vicepresidente recibe una gran oposición, fundamentalmente del gobernante Partido Republicano, cuenta con un gran apoyo de la izquierda.
"Es difícil no ser partidario de su iniciativa", dijo Tierramérica Ralph Nader, competidor de Gore en las elecciones de 2000 por el Partido Verde y quien es visto como uno de los principales responsables de su derrota ante Bush.
"No creo que esté compitiendo para convertirse en presidente", sostuvo Nader, defensor de los consumidores y pionero del movimiento ambientalista en Estados Unidos.
Nader podría estar en lo cierto. A pesar de ser el principal impulsor de la Alianza, Gore decidió no integrar su junta directiva, conformada por líderes demócratas y republicanos. Parece determinado a atraer a personalidades de todos los sectores, cualquiera sea su inclinación política.
Pero, pese a los esfuerzos bipartidistas para concentrar la discusión en el cambio climático, crecen los ataques contra Gore de parte de institutos y medios de prensa considerados partidarios de la industria energética.
En los últimos días, el Competitive Enterprise Institute, con sede en Washington, financiado en parte por la compañía petrolera Exxon Mobile, lanzó una serie de avisos publicitarios televisivos sobre la "supuesta crisis del recalentamiento planetario".
Por su parte, Gore y sus partidarios realizan esfuerzos para atraer filántropos millonarios como George Soros, Ted Turner y Steve Jobs, simpatizantes de la campaña ambientalista.
Aunque el financiamiento podría demorar varias semanas, parece que a Gore no le falta respaldo de los grupos de la sociedad civil, que ya llevan adelante sus respectivas campañas a pequeña escala.
"Gore se reinventó a sí mismo en la mejor forma posible: presionando por soluciones de sentido común a uno de los problemas más graves de nuestro tiempo", dijo a Tierramérica el activista Scott Paul, de la organización Citizens for Global Solutions (Ciudadanos por Soluciones Globales), con sede en Washington.
"El plan de Gore para capacitar a 1.000 personas es un ejemplo de liderazgo serio. Los estadounidenses están esperando por él", señaló.
Según el grupo, tres de cada cuatro estadounidenses creen que el gobierno federal debería limitar sus emisiones de gases invernadero, y una mayoría aun más grande cree que el cambio climático es una amenaza grave.
En la visión de Paul, Gore busca construir una voluntad política para "las ambiciosas soluciones" que necesita Estados Unidos ante el cambio climático. "Su esfuerzo es un gran paso adelante", señaló.
A pesar de las diferencias políticas con el ex vicepresidente, Nader ofreció una visión similar.
"Creo que Gore va a convertir el cambio climático en un tema" de importancia, dijo.
* El autor es corresponsal de IPS. Este artículo fue publicado originalmente el 8 de julio por la red latinoamericana de Tierramérica. (FIN/2006)