SANTO DOMINGO.-Unas 90 toneladas del rockash depositadas en Arroyo Barril, Samaná, fueron destruidas a 2,700 grados Farenheit y convertidas en clinker en una prueba calificada de exitosa por el secretario de Medio Ambiente, Max Puig.
Según informó Medio Ambiente, la prueba se realizó con dos camiones en la planta de Cemex Dominicana en San Pedro de Macorís, en coordinación con la Asociación de Productores de Cemento.
Con esta prueba de destrucción térmica se verificó que tanto Cemex Dominicana, en cuya cementera de San Pedro de Macorís se realizó la prueba, como Sotramotier, la empresa encargada de transportar el rockash, cumplen con todos los requisitos de seguridad y los estándares ambientales exigidos por la subsecretaría de Gestión Ambiental para la realización de este proceso, explicó Puig.
“Se pudo constatar que se han tomado todas las previsiones, todas las medidas de seguridad y que la empresa que asegura el transporte tiene un equipo de primera calidad, absolutamente hermético. Pudimos observar que el proceso se desarrolla bajo techo, por lo que cualquier dispersión de polvo o partícula es nula”, afirmó el secretario.
Tanto los subsecretarios de Medio Ambiente, como los ejecutivos de Cemex, los representantes de instituciones comunitarias y civiles de San Pedro de Macorís y los periodistas que estuvieron presentes en la prueba comprobaron que el rockash pasaba de los camiones en que fue transportado hasta las correas que llevaron el material hacia los hornos donde fue destruido.
En ningún momento fue depositado en los patios de Cemex, ni lo será, según aclaró el secretario. El material pasará directamente de los camiones a las cámaras procesadoras.
A la presentación de la prueba asistieron los subsecretarios de Medio Ambiente Zoila González, de Gestión Ambiental, Idalia Acevedo, de Recursos Costeros y Marinos, Ernesto Reyna, de Suelos y Aguas y Manuel Paulino, Administrativo, además del coronel Valerio García, de la Policía Ambiental, Osiris de León, de la Academia de Ciencias y Sergio Chaparro, de Cemex Dominicana.
Disposición final.
Aunque la prueba realizada este viernes cumplió con todos los requisitos exigidos por Medio Ambiente, la misma será evaluada ahora desde el punto de vista técnico.
Será esta evaluación técnica, explicó Puig, la que le permitirá a la Secretaría y a Cemex Dominicana fijar la fecha en que se iniciará la disposición final a través de destrucción térmica del total del rockash depositado en Arroyo Barril, Samaná.
Una vez establecida la fecha, el plazo máximo para que proceso se complete el traslado y destrucción del material será de 45 días, siempre y cuando se den las condiciones para que el flujo sea constante de los camiones a la planta, informó Puig.
Apoyo comunitario
Héctor Bidó, representante del Ayuntamiento de San Pedro de Macorís, y Franklin Soriano, dirigente de la Coordinadora de Organizaciones Comunitarias y Ambientales de San Pedro, aseguraron que las instituciones a las que representan apoyan la solución que Medio Ambiente ha buscado para resolver el problema del rockash.
Medidas de seguridad
Cerca de cien toneladas de rockash fueron transportadas desde Samaná hasta la cementera de Cemex en San Pedro de Macorís en camiones volquetas sellados y cubiertos con un filtro fitosanitario especial para transportar materiales de este tipo y evitar que se escapen partículas al aire.
La flota de volquetas ha sido acondicionada para el traslado, desde el sistema motor hasta los neumáticos, para evitar problemas en el transporte. Además de estas precauciones, Medio Ambiente exigió a la empresa transportista que en cada viaje le acompañara un equipo de asistencia (mecánicos, gomeros, etcétera) y una flotilla de vehículos especiales (barredoras, palas, humedecedoras) capaz de recoger de inmediato cualquier cantidad de material.
De rockash a clinker
Una vez en la planta de la compañía cementera fueron depositadas en las correas que llevaron el material hacia los hornos, donde a una temperatura de 2,700 grados Fahrenheit el material fue convertido en clinker, una de las materias utilizadas en al fabricación de cemento. Todo el proceso se realizó bajo techo y estuvo apegado a las normas locales e internacionales de seguridad ambiental y de salud.
La destrucción térmica fue elegida entre cuatro opciones por ser la más segura, económica y de menores posibilidades de contaminación.
Las demás alternativas para solucionar el problema del rockash eran: reexportar el material a su lugar de origen, utilizarlo en la construcción de carreteras o depositarlo en una piscina creada para estos fines, según las sugerencias recogidas en una consulta encabezada por Medio Ambiente y en la que participaron la Academia de Ciencias de República Dominicana, el Colegio Dominicano de Ingenieros (CODIA), la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y ONG´s.
Puig explicó que la disposición de este tipo de material por medio de destrucción térmica forma parte de los procesos que realizan regularmente las cementeras en República Dominicana, que reciben las cenizas de la combustión de plantas eléctricas de carbón.
Agregó que una comisión especial determinó cuáles cementeras en el país estaban en capacidad de realizar el proceso en cámaras cerradas, no a cielo abierto, requisito que cumple la de Cemex Dominicana en San Pedro, por lo que los habitantes de esta ciudad no deben temer ningún daño ambiental ni de salud.
Asimismo, descartó cualquier posibilidad de contaminación a la hora de retirar el rockash de Samaná y Montecristi, pues la remoción y traslado se realizarán de acuerdo con las normas nacionales e internacionales de seguridad ambiental.
“La Secretaría de Medio Ambiente ha consensuado la disposición final del rockash por medio de destrucción térmica con un grupo de entidades ecológicas, ambientalistas, científicas, empresariales y de otro tipo, como la forma más viable para su eliminación y se ha realizado bajo las más estrictas medidas de seguridad”, explicó Max Puig, secretario de Medio Ambiente.
Con esta medida, la Secretaría cumple con su compromiso de sacar el rockash de las comunidades afectadas de la forma más segura y con el consenso de todos los actores involucrados en el proceso.
Unas 30 mil toneladas de rockash fueron depositadas en Manzanillo, Montecristi, a finales de 2003, entre un manglar y el parque nacional de Montecristi, mientras que a inicios de 2004 cerca de 27 mil toneladas del mismo material fueron arrojadas en Arroyo Barril, Samaná, próximo a un santuario marino destinado a proteger las ballenas jorobadas que llegan cada invierno a la bahía de esta provincia para reproducirse.
Otras acciones
El rockash es el resultado de la combustión del carbón mineral durante el proceso de producción de energía eléctrica. El material depositado en Samaná y Montecristi durante la pasada gestión procede de la Generadora Eléctrica AES de Puerto Rico.
Por este hecho el Estado dominicano mantiene una demanda formal contra la empresa AES Corporation en el Tribunal Federal del Distrito Norte del Estado de Virginia, en los Estados Unidos, por daños y perjuicios a la soberanía nacional, el medioambiente, la economía, la salud y el bienestar de los pueblos de Samaná y Montecristi.
En el país se han realizado unas cuatro audiencias del juicio de fondo de la Cámara Penal de San Francisco de Macorís contra los acusados de permitir la entrada de este tipo de cenizas.