Los líderes religiosos más liberales de Estados Unidos se organizan para tener una participación política de mayor envergadura. Hartos de los argumentos de los conservadores que, según ellos, pervierten y utilizan la figura de Jesús.
Pretenden aportar a la política un punto de vista más humano, acabar con la guerra de Irak y ayudar a la erradicación de la pobreza en su propio país. Intentan ser fieles a sus creencias y hacer algo por su entorno desde un punto de vista más honesto.
Afirman que la Biblia y las palabras de Jesús deben guiar sus pasos, y critican a los conservadores por haber convertido a Jesús en un republicano. Un encuentro llevado a cabo en Washington ha servido para perfilar las estrategias a seguir para abrirse camino en la política nacional, al igual que lo hicieron el la década de los años 60 y 70.
Hace treinta años, en Estados Unidos, los líderes religiosos más liberales tuvieron un importante papel en la política del momento. Entonces, en la década de los 60 y de los 70, protestaban contra los abusos a los derechos humanos, así como contra la guerra de Vietnam.
Sin embargo, cuando estas situaciones pasaron a la historia, el movimiento religioso más abierto y comprometido pareció quedarse a la sombra, al mismo tiempo que los cristianos más conservadores y de derechas se organizaban y comenzaban a aparecer públicamente.
Ahora, las conciencias religiosas norteamericanas despiertan de nuevo y quieren formar parte de las decisiones importantes que se toman en el país, así como enfrentarse a los cristianos más tradicionales, que, en su opinión, hacen caso omiso de la figura de Jesús y de las ideas que planteó en su momento.
Por esta razón, recientemente se reunieron en una iglesia de Washington cientos de cristianos comprometidos con la intención de trazar una estrategia que les permita abrirse camino en los debates políticos. Quieren formar parte del destino del país, pero con honestidad, manteniéndose fieles a las palabras de Jesús y de la Biblia.
FIELES A SUS CREENCIAS
No son cristianos conservadores, aseguran, sino que se consideran religiosos de izquierda que vuelven la vista a las palabras de Jesús para que se apliquen en la actualidad, no para que se aprovechen con fines nada altruistas.
Bob Edgar, secretario general del National Council of Churches estadounidense, afirma en un comunicado de dicha organización que según Jesús estamos llamados a amar al prójimo, a nuestro enemigo, a ayudar a los pobres y a los marginados, y que estas intenciones son las que deben gobernar todas las actuaciones de la iglesia.
El Nacional Council of Churches representa a casi 50 millones de cristianos americanos, en su mayoría protestantes. Según Edgar, Jesús jamás dijo nada acerca de la homosexualidad, del matrimonio civil o del aborto.
Se impone, por tanto, crear una rama religiosa de centro-izquierda que tenga la misma fuerza política en el país que los cristianos conservadores, grupo cuya base de poder radica en las iglesias evangélicas del sur de Estados Unidos.
EL DAÑO DEL CONSEVADURISMO
Esta nueva rama religiosa de presencia política reconoce que está molesta porque los religiosos más conservadores hayan convertido a Jesús en un republicano, y consideran que esa acción asemeja su figura a la imagen de sus seguidores, y no a la inversa, como debiera ser teóricamente: Jesús es el ejemplo a seguir, no debe parecerse a nosotros, y menos usarlo para justificar políticas erróneas.
El cristianismo de “izquierdas” tiene la intención de centrarse en la lucha contra la pobreza, en la protección del medioambiente y en acabar con la guerra de Irak. Sus seguidores señalan al respecto que el coste de la guerra de Irak es de mil millones de dólares por semana, mientras que ellos no consiguen arrancarle a los políticos ni cinco mil millones de dólares en diez años para la atención de la infancia estadounidense desfavorecida.
Para intentar atraer votantes y la atención de los políticos que quieren sus votos, los líderes de la izquierda religiosa promocionan actualmente cuestiones como el aumento del salario mínimo. Después de muchos años observando la situación política desde fuera, pretenden que el poder político cristiano liberal vuelva a tomar posiciones en el sistema político imperante.
Señalan que su reaparición se ha vuelto muy necesaria en un mundo en el que el individualismo y el consumismo se han impuesto, y reivindican por tanto que se revisen los valores. Quieren estar ahí para cambiar las cosas, desde un punto de vista religioso, pero diferente.
dtg
Publicado en Tendencias 21