SANTO DOMINGO.-La Bella y la Bestia, el musical de Linda Woolverton que tiene la música de Ala Meneen y cuyo montaje en el país realizó con éxito Amaury Sánchez reafirma nuevamente, la calidad del talento criollo.
Esta propuesta artística reunió en la escena noveles y experimentados. En la entrega, sobresalen Stephanie Fatule en su rol de la Bella, Máximo Martínez, en su papel de la Bestia, José Guillermo Cortínes como Gastón y Kenny Grullón como Lefou. Los tres personajes encarnados por ellos logran una extraordinaria sintonía con el público. Logran mantener el hilo de un espectáculo depurado, provocando hilaridad en los momentos que los reclaman y la sobriedad en las escenas requerida. Convencen en su desempeño y el público los premia con sus aplausos.
La que si no deja duda sobre su avance su avance como una artista que marcha a su consagración es Stephanie Fatule. Su experiencia en las tablas le ha permitido crecer a los primeros planos. Su trabajo en este musical la sitúa en una posición cimera. En la Bella, luce segura, proyecta los parlamentos sin titubeos. Su desplazamiento en la escena evidencian la disciplina y la profesionalidad de alguien que parece decidido a trillar el camino del arte.
Máximo Martínez, vocalista principal de Tabutek obtuvo el reconocimiento de los asistentes. Su papel de La Bestia convence. Su paso por la escena le imprime realidad a la historia. La fuerza interpretativa le permite salir airoso, demostrando que su experiencia en los escenarios no ha pasado en vano. Su transformación de Príncipe egoísta a La Bestia está muy bien logrado.
José Guillermo luce una vestuario, que lo transforma en el tipo al que hay que rendirle toda clase de halagos, a un sujeto que entiende que su posición social es la llave para conquistar a la mujer que se le antoje. Memo, como se ha dado a conocer en el negocio del entretenimiento local da un gran salto con este papel. Gaston, el personaje que asume es una pieza clave en el engranaje de esta producción. Cortínes juega con su voz y la caracterización de Gastón de forma magistral.
Kenny Grullón-Lefou- no desperdicia ni un segundo de las casi tres horas que dura el musical. Un actor, cómico, libretista y productor. Grullón nos recordó Henri Labisse, papel que encaró con éxito en la producción Víctor Victoria. Sus salidas son magistrales cuando le hace el “coro” a su amo, Gastón. Lefou, un adulón que celebra hasta más no poder de las pretensiones su jefe, provoca, con sus ocurrencias la risa de niños, adolescentes y adultos. Excelente actuación la de Kenny Grullón.
La participación de Roger Zayas como Lumiére le hacen digno de un merecido reconocimiento. Zayas sale airoso y en las ocasiones en las que se adueña de la escena, provocó los aplausos de la multitud.
Maurice es Iván García, un reputado actor y dramaturgo que no necesita de mucho esfuerzo para que gestión sea ponderada positivamente. Su selección no pudo caer en mejores manos que las de él, ya que su actuación como padre de La Bella fue fenomenal.
Babette, personaje asignado a Robmariel Olea quedó perfecto. Sus dotes de actriz e intérprete se combinaron para un buen resultado escénico.
Uno que no tuvo la misma suerte de sus compañeros fue Luis José Germán-Ding-Dong. A su actuación le faltó convencer a la gente, en ocasiones botó su papel; por momentos nos dio la impresión de estar viendo una de sus comparecencia en la televisión. Pudo haber tenido un desempeño con más fuerza, más creíble. Por lo menos esa fue nuestra experiencia la noche del pasado sábado.
Mientras que Patricia Banks-Sra. Potes, Cuché González y Monsier D´Arque-Antonio Melenciano logran atraer la atención del público. Sus responsabilidades las cumplieron con buenas actuaciones.
En ese mismo tenero cabe destarcar las esporádicas intervenciones de Chip, que hizo la niña Paula Hernández Ferry.
Amaury Sánchez supo aglutinar un elenco, que en su mayoría captó la atención de quienes acudimos a presenciar su apuesta en la sala principal del Teatro Nacional Eduardo Brito. Sánchez contó con la colaboración, entre otros, de Isadora Bruno, Laura García Godoy. Cada uno de sus respectivas áreas, danza y dirección teatral pusieron su sello a la entrega. Fidel López logró un diseño escenográfico acorde con los requerimientos de esta majestuosa creación. La combinación de las luces, sonido, música, vestuario y maquillaje se aliaron para que la presentación se viera limpia.
La Bella y La Bestia, es sin duda un trabajo bien hecho. Esta historia que relata la vida de un Príncipe condenado por una hechicera a vivir como un monstruo hasta que deponga su actitud poco afable y pueda volver a ser humano, recrea en su justa dimensión, la famosa historia de la que se han hecho películas en la que al final el amor es el gran ganador. ¡Bravo Amaury!.