Parece que hay sectores del Gobierno empeñados en rebotar la mucha o poca responsabilidad que tienen sobre el auge de la violencia.
En cadena, hablan uno y otro funcionario y dan explicaciones diferentes sobre el origen de la escalada delincuencial que azota a los dominicanos.
Escuché decir al flamante secretario de Trabajo, que era una delincuencia derivada del progreso, el Fiscal del Distrito culpa a los fabricantes de ron y cerveza; otros entienden que es el narcotráfico y no faltan quienes como el doctor Marino Vinicio Castillo que considera que el problema está en la Policía y las FFAA.
Se advierte un afán de rebotar el asunto y en buscar un culpable de la ola de violencia, cuando de lo que se trata es de establecer una política que ataque el problema y en la que deben participar todos los sectores de la sociedad.
Esta violencia no es coyuntural, sino que se deriva de los largos años de injusticia social, generadora de pobreza que hoy comienza a hacer explosión. De modo que si no es una violencia coyuntural, tampoco creamos que con operativos militares y policiales se va a resolver.
De modo que la integración de los sectores sociales a la lucha contra la delincuencia tiene que inscribirse en el contexto de una lucha orientada a atacar las causas que generan esa delincuencia. Pero eso no exonera al Gobierno de su responsabilidad, como principal guardián de la paz ciudadana.
De lo anterior se desprender que el Gobierno debiera tener definida esa política, porque es quien dispone de los funcionarios y los organismos responsables de trazarlas y ejecutarlas.
Los ciudadanos pagan los impuestos para que esa burocracia, que se supone traza las pautas para asegurarnos la paz y la tranquilidad, realice su trabajo.
Al parecer esa política para combatir la delincuencia no existe. Y prueba de ello son las opiniones encontradas de los funcionarios, no solo en torno al origen de ésta, sino sobre como enfrentarla.
Por eso ha habido gente que ha reído al conocer la noticia, dando cuenta que de la reunión de este lunes, de los encargados de la seguridad con el presidente Leonel Fernández lo que surgió fue convocar a otra reunión para el otro lunes.
Hay que rogar porque la gente del Gobierno entienda que responsabilizar a otro de este asunto no ayuda, ni politizarlo buscando culpable entre sus adversarios tampoco, porque esta oleada de delincuencia afecta a todos los ciudadanos, sin importar color, raza ni preferencia política.