BEIRUT.- La situación del Líbano ha empeorado y reportes dan cuenta que 58 civiles han muerto en la jornada más violenta desde que comenzó la ofensiva israelí. Combates armados han sido reportados desde la frontera. La milicia chií y el Ejército israelí luchan en Aitarún, en el extremo sur del Líbano, informó la televisión Al Manar, órgano de Hizbulá, según la cual dos soldados israelíes han muerto y otros nueve han resultado heridos, aunque no facilitó detalles sobre posibles víctimas entre miembros del grupo libanés.
El Ejército de Israel ha confirmado la muerte de sus dos soldados.
La semana de ataques aéreos israelíes sobre el Líbano ha causado un total de 280 muertos y 850 heridos, según informó el ministro libanés de Sanidad, Mohamad Jalifa, quien explicó que persisten las dificultades para trasladar a los heridos a centros hospitalarios.
Al Manar también informó de que los milicianos de Hizbulá "como réplica a los continuos ataques de las tropas sionistas contra civiles libaneses" han alcanzado con misiles la principal base militar del norte de Israel, que ha negado este extremo.
Por otro lado, dos hermanos de 3 y 9 años han muerto y otras tres personas esultaron heridas en un ataque de cohetes Katiusha registrado esta tarde en la ciudad de Nazaret, informan medios de comunicación israelíes.
Los heridos se encuentran en situación muy grave, según informó el Canal 10 de la televisión israelí.
Los choques fronterizos, que llegan tras una breve incursión israelí por tierra en territorio libanés para efectuar "ataques selectivos y precisos", suponen un cambio importante en el desarrollo del conflicto, hasta ahora limitado a los bombardeos de Israel y al lanzamiento de cohetes de Hizbulá, que hoy ha vuelto atacar Haifa, sin causar víctimas.
El incremento de la tensión se refleja también en el elevado número de civiles muertos, al menos 50, en los intensos bombardeos aéreos y marinos lanzados por Israel en el sur y en el este libaneses, así como en Beirut y sus alrededores.
El ataque más mortífero tuvo lugar en la aldea de Sifra, en la región sureña de Tiro, donde murieron al menos 21 personas y otras 30 resultaron heridas, muchas de ellas sepultadas por los escombros de sus casas.
En Nabi Chit, aldea de la región de Baalbek, 11 personas murieron al ser alcanzadas por las bombas en una carretera. Eran desplazados que escapaban de otros lugares bombardeados en busca de refugio, según fuentes policiales.
Similar fue el ataque de Maarabun, también cerca de Baalbek, donde la aviación israelí tomó como blanco varios vehículos llenos de gente que trataba de huir de sus hogares, con un saldo de cinco muertos y cuatro heridos.
El Ejército israelí considera que las operaciones en el Líbano durarán todavía al menos dos semanas, en las que los bombardeos de la artillería y la aviación se complementarán con incursiones de infantería, como la llevada a cabo la pasada madrugada.
En este contexto, el mando militar israelí planea intensificar los bombardeos de aviación y artillería contra las posiciones del grupo chií Hizbulá, en particular contra los puntos donde se encuentran los sistemas de lanzamiento de cohetes, informa la edición electrónica del diario 'Haaretz'.