BANDUNG, Indonesia, (IPS) – Las olas gigantes que azotaron a la meridional isla indonesia de Java, dejando más de 500 muertos y cientos de desaparecidos, sorprendieron a las autoridades locales pese a las elaboradas precauciones tomadas tras el devastador maremoto de diciembre de 2004. El Ministerio Social de Indonesia informó que al menos 530 personas murieron el lunes, otras 240 seguían desaparecidas y cientos más resultaron heridas. En la playa de Pangandaran, la más afectada, hoteles, restaurantes, casas y edificios públicos fueron completamente destruidos.
Funcionarios de gobierno adelantaron que el número de víctimas irá creciendo conforme los socorristas avancen en su tarea de búsqueda de sobrevivientes y cadáveres debajo de los edificios derruidos.
Un nuevo sismo sacudió a Java este miércoles, pero no se han informado hasta ahora heridos ni daños.
El sismo submarino que causó el maremoto del lunes tuvo una magnitud 6,8 en la escala de Richter, y sacudió a Yakarta y a varias partes de la provincia de Java Occidental en torno a las 3.20 PM hora local, señaló Jajad, un funcionario de la Agencia Nacional de Meteorología y Geofísica.
El terremoto provocó olas de cinco metros de alto que impactaron contra la costa sudoccidental de Java. Miles de personas huyeron desesperadas hacia terrenos más elevados.
Fuentes oficiales indicaron que 42.000 residentes de Pangandaran obtuvieron refugio en lugares más altos, mientras que los habitantes de Cilacap, en la provincia de Java Central, abandonaron sus hogares y ahora se encuentran en campos para refugiados en el interior de la isla.
Poco después del primer temblor en el océano Índico, el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico (PTWC, por sus siglas en inglés), ubicado en el archipiélago estadounidense de Hawaii, había advertido a Indonesia sobre la posibilidad de que se desencadenara un maremoto.
Pero Yakarta no fue capaz de aprovechar los equipos de detección y alerta recibidos tras la tragedia de hace dos años.
El maremoto del 26 de diciembre de 2004 mató a por lo menos 131.000 personas en la septentrional provincia de Aceh. La catástrofe se originó con un terremoto submarino de magnitud 9,1 que provocó olas gigantescas y acabó con la vida de otras 100.000 personas en una decena de países asiáticos.
Surono, un funcionario del Departamento de Meteorología y Geofísica, explicó que el equipo detector de maremotos no funcionó el lunes cuando las grandes olas avanzaron sobre Java.
"El epicentro del sismo estaba en el océano Índico, a unos 266 kilómetros de Bandung, la capital de la provincia de Java Occidental, y a unos 366 kilómetros de Yakarta", indicó.
El ministro de Ciencia y Tecnología de Indonesia, Kusmayanto Kadiman, explicó que el gobierno no reaccionó de inmediato a la alerta del PTWC para no crear pánico en la población. "Si el tsunami no hubiera ocurrido, ¿qué habría pasado?", preguntó a periodistas en Yakarta.
No obstante, anunció que se acelerarán los planes para instalar un sistema de alerta nacional.
"Una de las razones de la inadecuada respuesta fue la fuerte convicción entre los científicos de que la costa sur de Java no estaba amenaza por los tsunamis. Pero nuestra predicciones estaban equivocadas", dijo Surono.
En la playa de Cilacap, en Java Central, donde murieron al menos 107 personas, el tsunami destruyó la central energética más grande de la zona, dejando sin electricidad a toda la provincia.
"Estábamos en pánico total, y escapamos a las colinas. Casi toda esta aldea fue inundada por agua", contó Maswan, un residente de Pangandaran, al canal de televisión RCTI TV.
Los sobrevivientes de Pangandaran aseguraron que las olas alcanzaron los cinco metros de alto. Cientos de botes pesqueros fueron destruidos.
Otras 440 embarcaciones y cientos de comercios fueron arrasados en la playa Logending, de Java Central, informó la agencia de noticias Antara.
El 27 de mayo, un fuerte terremoto de magnitud 6,2 sacudió a la ciudad de Yogyakarta, en Java Central, y las áreas aledañas, matando a unas 6.000 personas y dejando miles de heridos. La zona comenzaba sus esfuerzos de reconstrucción cuando fue azotada por el tsunami del lunes.
Indonesia está ubicada en el cinturón volcánico del océano Pacífico conocido como el "Anillo de fuego", donde son frecuentes las erupciones y los terremotos submarinos.
El ejército indonesio desplegó a 2.000 efectivos para colaborar en las tareas de rescate. "Trabajarán en evacuación, tratamiento médico y distribución de ayuda", anunció el jefe del Centro de Información Militar, Mohammed Suparto.
El maremoto del lunes añadió una carga más sobre el presidente Susilo Bambang Yudhoyono, quien se encontraba supervisando las tareas de reconstrucción en Aceh y Yogyakarta.
"Hemos sufrido una serie de desgraciados desastres. Espero que hayamos aprendido las lecciones de todo esto", afirmó el mandatario esta semana.