Los días recientes (y los que están por llegar) aparentemente tendrán el mismo resultado para el gobierno que encabeza Leonel Fernández. El presagio es que, entre las fechas pasadas y las futuras, habrá poca diferencia, en lo que a inconvenientes sociales, políticos y económicos se refiere. Basta con echar un ligero vistazo hacia atrás y recordar los famosos contratos firmados por Bienes Nacionales y la secretaría de lo Interior y Policía, con las empresas Nacional para el Desarrollo y The Sun Land, respectivamente, tan criticados por amplios segmentos sociales, que hasta el director del DEPRECO, Octavio Líster, se ha mostrado alarmado por los mismos.
Para que ustedes tengan una idea de lo dicho por el funcionario llamado a atacar los actos de corrupción en el sector público, en lo referente al contrato de Bienes Nacionales, basta con recordar que dijo que, “lo que más llama la atención es el hecho de que este contrato entró en ejecución un año antes de ser aprobado por el Congreso”.
Y sobre los famosos 132.5 millones de dólares para modernizar el accionar de la Policía Nacional, “majareteado” por The Sun Land, el propio Octavio Líster confirmó que existe una aparente sobre evaluación en los precios de los equipos que serán comprados para la Policía Nacional, con un préstamo aprobado en la Cámara de Diputados, sin ser debatido y de manera sospechosa.
Si a estos dos escándalos les agregamos las voces que se levantan y habrán de dejarse escuchar en los días subsiguientes, por las medidas adoptadas por el Consejo de Gobierno Ampliado, a fin de frenar la delincuencia y la violencia, entonces hay que concluir en que el gobierno vive momentos que afectarán su imagen.
Esto así, porque muchos no creen que el funcionamiento de centros de diversión, hasta bien entrada cada madrugada, tenga una incidencia capital en la inseguridad que se vive en el país, en vista de que los crímenes y delitos se producen mayormente en otros horarios.
Pero, con esa medida se afecta un amplio segmento económico del país (y hasta el propio Estado, porque se reducirá el cobro de impuestos) especialmente en lo que a la venta de bebidas alcohólicas se refiere. Como de domingo a jueves no habrá centros de diversión abiertos luego de las 12 de la noche y los viernes y sábados hasta las dos de la madrugada, entonces habrá menos consumo.
En las primeras semanas de entrada en vigencia de esa disposición presidencial habrá de reducirse el flujo de parroquianos a esos negocios, porque estamos acostumbrados a asistir a los centros de diversión a eso de las 11 de la noche, pero para retirarse a las cuatro o cinco de la mañana.
Sólo cuando la gente entienda que deberá llegar mucho más temprano esos sitios de diversión empezarán a recuperarse económicamente pero, mientras tanto, que se preparen sus propietarios incluso a trabajar con la mitad del personal que tienen en estos momentos.
Eso es sólo el somero análisis de uno de los decretos presidenciales porque, poner sobre el tapete las demás disposiciones del Poder Ejecutivo, me obligaría a hacer un abusivo uso de este espacio y extenderme mucho más allá de lo aconsejable, por lo que sería mejor reservarlo para entregas posteriores.