El ciclista estadounidense Floyd Landis, ganador del Tour de Francia 2006, negó haberse administrado testosterona u otra sustancia prohibida. Pero el ganador del segundo lugar prefiere que, por el buen nombre del ciclismo, se declare ganador al atleta involucrado en la violación. "No, vamos hombre", fue su respuesta cuando lo consultaron sobre la noticia de que dio positivo en la primera prueba de control antidopaje que habría detectado la presencia de altos niveles de testosterona y el esteroide epitestosterona.
La información fue suministrada por el propio equipo de Landis, el Phonak, que dijo haber recibido la notificación de la Unión Ciclista Internacional (UCI) y haber procedido a suspender al ciclista.
En una entrevista concedida a la revista estadounidense Sports Illustrated, el deportista argumentó que tener un elevado nivel de testosterona "es algo muy diferente a haber dado positivo".
Pero al mismo tiempo reconoció haber recibido una inyección de corticoides en la decimoséptima etapa por problemas en su cadera y haber estado tomando hormonas durante el último año por un problema de tiroides.
Los resultados de la UCI, precisamente se basan en una de las dos muestras de orina (muestra A) tomadas en esa etapa. Ahora debe esperarse los resultados de los análisis de la muestra B.
De confirmar el resultado de laboratorio, la competencia sería adjudicada al segundo de la carrera, el español Oscar Pereira.
SENTIMIENTO AGRIDULCE
Al ser consultado por la prensa, Pereira se mantuvo cauto a la noticia indicando que hay que esperar la confirmación de la UCI.
"De todas maneras, tengo un sentimiento agridulce, porque es una mala noticia para el ciclismo y prefiero quedarme con el segundo puesto y que no se confirme el positivo", declaró.
El estadounidense Greg Lemond, quien venció tres veces el Tour de Francia fue mucho más contundente:
"Esta noticia me destroza. Floyd no es mal chico. Sólo es víctima de un deporte corrompido", dijo.
El francés Cyril Dessel, séptimo clasificado, consideró que de confirmarse la prueba sería "un golpe muy duro para el ciclismo".
LABORATORIO CON LA ULTIMA PALABRA
La testosterona y la hormona de crecimiento pueden usarse para regenerar el tejido muscular sobre exigido por el esfuerzo físico, según algunos científicos.
Se dice que una forma de evadir las pruebas antidopaje, consistiría en colocarse durante seis horas un parche de tratamiento hormonal masculino sobre el escroto.
Landis negó tal procedimiento cuando fue entrevistado por un periodista de la revista Sports Illustrated.
Las dudas en el laboratorio surgen por la proporción entre testosterona (una hormona natural) y la epitestosterona (sintética), la que debería ser igual o a lo sumo una relación de 2 a 1, según la Agencia Mundial Antidopaje.
Algunos hombres, de todos modos, pueden producir naturalmente altos niveles de estas sustancias, pero la única manera de determinarlo es una sofisticada prueba de laboratorio a la que precisamente se someterá ahora la muestra B.
¿SE PIERDE LA BATALLA?
Hasta tanto se conozcan estos resultados, la polémica y el escándalo ya habrán agregado una nueva dosis de daño al deporte y la reputación del Tour de Francia.
En los días previos al comienzo de la carrera, 13 corredores, incluyendo a los favoritos Jan Ulrich e Iván Basso debieron retirarse al ser incluidos en la lista de 56 pedalistas implicados en la "Operación Puerto", el mayor operativo antidopaje realizado en España.
A pesar de esto, el director del Tour de Francia, Christian Prudhomme, dijo que la del antidopaje, es "una lucha de trincheras" pero recordó que "a la salida del Tour dijimos que habíamos ganado una batalla y sigo convencido de ello".
Mucho más escéptico y hasta cáustico, fue Nikolaus Brender, de la cadena de televisión alemana ZDF, quien amenazó con dejar de transmitir en directo el Tour si se confirma el resultado de Landis:
"Hemos firmado un contrato para transmitir una competencia deportiva, no un programa sobre rendimientos farmacológicos", comentó.