LICEY AL MEDIO (Santiago).- Las sangrientas diferencias que, por muchos años, han protagonizado las familias Gil Paulino y Reynoso, aparentemente llegaron a su fin, con lo que paz habrá de regresar a la comunidad Canca la Reina, de este municipio. Esta apreciación se desprende del resultado de un encuentro celebrado en la mañana de este viernes aquí, auspiciado por el general Luís Darío de la Cruz Consuegra, director de la Dirección Cibao Central, de la Policía Nacional.
Dos muestras de que las diferencias entre ambas familias comienzan a ser parte del pasado se produjeron en el acto: el abrazo que se dieron Bernardo Reynoso y Rafael Gil, así como la entrega de algunas de las armas de fuego que estaban en poder de las partes beligerantes.
Previo al histórico hecho, los testigos participaron en una misa, celebrada en un salón y que fue oficiada por el padre José Antonio Rodríguez quien, junto con el general de la Cruz Consuegra, tuvo una activa participación, para que se produjera el encuentro.
Por varios años, las familias Gil Paulino y Reynoso protagonizaron cruentos enfrentamientos, que dieron como resultado el asesinato de una apreciable cantidad de sus descendientes.
En más de una ocasión se hicieron intentos por armonizar las relaciones entre esas familias, pero todos fueron fallidos hasta este miércoles, cuando Bernardo Reynoso y Rafael Gil se abrazaron de manera efusiva, actitud que provocó lágrimas de alegría entre los presentes, así como un estruendoso y prolongado aplauso.
Inmediatamente después, miembros de ambas familias entregaron al general de la Cruz Consuegra dos sacos que contenían armas de fuego de diferentes calibres, así como municiones.
Al recibir el arsenal, el comandante de la policía elogió el gesto de ambas familias, en el entendido de que, a partir de ahora, sus miembros volverán a convivir armoniosamente en Canca la Reina, escenario de los sangrientos enfrentamientos que sostuvieron.