La ejecución de las medidas dispuestas en el reciente Consejo de Gobierno
deben continuar ejecutándose; a pesar de los resabios de algunos sectores
que anteponen sus intereses particulares a los de la gran mayoría de la
República.
Señor Presidente, los dominicanos conscientes, los trabajadores, empleados
públicos, privados y chiriperos que tienen que salir de madrugada a buscar el pan de cada dia, el chofer de carro público y el taxista que ha dejado de trabajar de noche, porque el delincuente que está al asecho para quitarle la vida para robarle lo poco que ha obtenido con el fruto de su trabajo… y el campesino que dia tras dia se levanta de madrugada -como siempre lo ha hecho-, para labrar la tierra, y que también teme por su vida y la de su familia,… le apoyan.
Pero también le apoyan, los estudiantes de escuelas, liceos y universidades, que superando grandes escollos luchan por superarse.
Pero asimismo se lo agradecen los grandes pequeños y medianos empresarios,
quienes han visto bajar la productividad de sus empresas, porque muchos de sus empleados temen trabajar de noche o de madrugada en turnos rotativos.
Es por ello Señor Presidente, que todas y cada una de las medidas deben ser
implementadas en todo el país, ya que desde el primer dia han llevado paz y
tranquilidad al país.
Puedo dar testimonio Señor Presidente, que en sectores como Guachupita, Gualey, Los Guandules y la avenida Abrahán Lincoln, por donde pude transitar
la noche del pasado jueves, constaté que la gente se “recogió” temprano y la
ciudad lucia tranquila.
SIGA ADELANTE SEÑOR PRESIDENTE…. Sin importar las presiones que se realicen, sin importar que los comerciantes, dueños de discotecas y colmadones
denuncien que “se verán obligados a despedir miles de empleados”, porque se
reducirán las ventas de bebidas alcohólicas.
Señor Presidente, usted no se imagina la gratitud que le deben los miles de residentes de barrios pobres y de clase media, los cuales por primera vez en muchos años, se ven liberados del escándalo y desasosiego que significan los colmadones y la estela de violencia que esto conlleva.
Sin embargo, hay algunos aspectos que se deben afinar, y otros agregar.
Me refiero a la forma en que se inició el programa contra la delincuencia.
Entiendo que se debe ejecutar con más cuidado, con más respeto al ciudadano
trabajador, al empleado al estudiante y al chiripero, que honestamente
salen cada dia a buscar el pan de sus hijos.
También Señor Presidente, muy humildemente, entiendo que se deben utilizar a
nuestra gloriosa Marina de Guerra, en la vigilancia de toda la rivera de los ríos Ozama e Isabela, puesto que éstos ríos bordean los principales barrios populosos de la capital y la provincia Santo Domingo.
Es bien sabido, que muchos delincuentes, luego de cometer sus fechorías y crímenes, utilizan las riveras de estos ríos, para cruzar de un lado a otro, y así evadir la persecución policial.
Siga adelante Señor Presidente, que cuando se trata de aplicar la ley para preservar la paz y la tranquilidad de la mayoría de los dominicanos, no se debe permitir que intereses particulares se antepongan a los más de nueve millones de dominicanos y extranjeros que escogen el suelo nacional para descansar y disfrutar de las bellezas naturales de que fue dotada la República Dominicana por el creador.