WASHINGTON.-El Gobierno de Estados Unidos "sigue la situación" de cuba muy de cerca tras el anuncio de que Castro ha delegado el poder de manera temporal en su hermano Raúl por una enfermedad, según Agencias.
En un breve comunicado leído por uno de sus portavoces, Peter Watkins, la Casa Blanca ha evitado hacer conjeturas sobre el estado de salud del presidente cubano, al que EE UU ha considerado uno de sus grandes enemigos desde su llegada al poder en 1959.
"No podemos conjeturar sobre la salud de Castro, pero seguimos trabajando para el día de la libertad de Cuba", afirma el comunicado, que indica que "seguimos de cerca la situación" cubana.
Según la reseña, hasta ahora, el Departamento de Estado no ha emitido una reacción oficial a la enfermedad de Castro, que, según las informaciones oficiales cubanas, sufrió un sangrado intestinal cuyo tratamiento requiere una operación quirúrgica.
Recordó el trabajo periodístico que el pasado día 10 de julio, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, presentó al presidente George W. Bush un informe elaborado por la Comisión de Asistencia a una Cuba Libre que supone el plan más detallado hasta ahora de lo que Washington pretende hacer cuando desaparezca Castro, que el próximo día 13 cumple 80 años.
El informe ofrece incentivos económicos a un futuro gobierno de transición en Cuba, además de anunciar más fondos para "acelerar el fin de la dictadura".
La isla se encuentra sometida a un embargo por parte de Estados Unidos desde 1961, dos años después de la llegada al poder de Castro, que depuso al dictador Fulgencio Batista.
CUBA MANTIENE NORMALIDAD
Según una reseña de la agencia española EFE, el nuevo escenario político que vive Cuba bajo el mando provisional de Raúl Castro,no ha afectado a la rutina del país, que hoy amaneció con normalidad y a la espera de noticias sobre la evolución del líder cubano.
Dice que el tema obligado en todos los lugares de Cuba era la salud del presidente Fidel Castro y del nuevo escenario político del país.
Se explica que todas las instituciones oficiales y comerciales abrieron con normalidad en La Habana.
Se dice que es contrastante la tranquilidad que reina en La Habana con las manifestaciones de júbilo que tuvieron lugar anoche en Miami, donde se concentra la mayor parte del exilio cubano en EEUU, y donde centenares de anticastristas salieron a las calles a celebrar la enfermedad de Castro.
Las largas colas para conseguir visados en los consulados extranjeros se mantenían esta mañana como es habitual en la ciudad de La Habana.
Decenas de personas aguardaban turno en un parque próximo a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA), aunque preferían mantener silencio sobre la nueva situación creada en Cuba.
"Aquí nadie va a hablar de eso porque estamos todos para resolver nuestros problemas de visa y de salida", comentaba un joven que esperaba poder concluir los trámites para los que había sido convocado hoy.
"Confío en que no haya cambio en la política migratoria y que ahora la SINA no cambie los trámites, no creo que lo haga", añadía.
"Lo que deberían decir es cómo está el Comandante y qué ha pasado", reclamaba una mujer que leía con avidez en el periódico la proclama divulgada anoche que anunciaba la cesión temporal del poder de Castro en favor de su hermano Raúl.
Los medios oficiales cubanos, controlados por el Estado, se limitaron hoy a reproducir la proclama de Fidel Castro, leída anoche en la televisión local por su jefe de despacho, Carlos Valenciaga.
Varias cadenas de radio repiten insistentemente hoy la "Proclama del Comandante en Jefe al pueblo de Cuba", pero ningún medio ha ofrecido información adicional sobre la evolución del líder cubano o la posible emisión de un parte médico.
Por primera vez en la historia de la revolución, Fidel Castro, a punto de cumplir 80 años, delegó provisionalmente su jefatura del Consejo de Estado, de la Secretaría del Partido Comunista y de las Fuerzas Armadas en su hermano Raúl, de 75 años.
En esta tarea, Raúl estará arropado por reconocidos cuadros del buró político del Partido Comunista y del gobierno, como el vicepresidente Carlos Lage, el canciller, Felipe Pérez Roque, y el presidente del Banco de Cuba, Francisco Soberón.