Fue un acuerdo que podría haber borrado todos los otros acuerdos de la página anterior, la portada y las páginas del medio. Fue un acuerdo que podría haber cambiado la historia y las carreras por el título.
Fue un acuerdo que no se concretó este fin de semana, pero, aparentemente, podría haberse cerrado — y debería haberse cerrado. Fue un acuerdo que nunca fue — un acuerdo que involucraba al único ganador de 343 juegos activo.
¿Roger Clemens a los Medias Rojas? Muchas fuentes dicen que fue un acuerdo que podría haberse concretado, incluso el lunes por la noche. Todo lo que tendría que haber dicho Drayton McLane, propietario de los Astros, es: "Es lo correcto".
Pero, al parecer, eso no fue lo que dijo. Drayton McLane no está listo para darse por vencido esta temporada. Y no está dispuesto renunciar a los servicios de Roger Clemens.
El propietario podría haber hecho por Clemens lo que hicieron el lunes los Cachorros por Greg Maddux. Hay momentos en que ciertas personas merecen ser rescatadas cuando sus barcos se hunden. Este año, una de esas dos estrellas fue rescatada.
Los Cachorros no podían estar seguros de que éste fuera el último año de Maddux. Pero si lo es, no merece terminarlo con un equipo que está intentando salir del sótano de la División Central de la Liga Nacional, junto con los Piratas.
De modo que el lunes, los Cachorros dieron a Maddux la posibilidad de cambiar el final de su temporada y su carrera, al poder lanzar en partidos dignos de su presencia. No tenían que hacerlo. Pero fue lo correcto.
Las versiones varían en cuanto a lo cerca que pudieron haber estado los Astros en hacerle el mismo favor a Clemens. Pero hemos oído muchas versiones que sugieren que esos puntos podrían haber estado conectados para ignorarlos.
La versión que la gente de Houston cuenta a sus amigos sostiene que nunca consideraron ninguna oferta por Clemens. Según este recuento, el gerente general Tim Purpura fue lo suficientemente listo como para saber que las ofertas llegarían.
Así que se "preparó" para los llamados de los tres equipos que buscaban a Clemens como agente libre — los Medias Rojas, los Yankees, y los Vigilantes.
Pero nunca planeó ir más allá de esas preparaciones a menos que McLane así se lo indicara — supuestamente porque la temporada estaba perdida y era lo correcto.
Excepto que McLane nunca dijo esas palabras, y supuestamente dijeron a los equipos que llamaron que "no era la intención presente" del equipo cambiar al Cohete. Estaba fuera de discusión.
Hay otra historia que da vueltas, sin embargo, presenta una versión diferente de los hechos. Y es fascinante cuántas personas conectadas con el béisbol la escucharon el lunes por la tarde.
Según esta versión, los Medias Rojas no fueron informados de que los Astros no tenían intención de cambiar a Clemens.
En cambio, las dos partes intercambiaron ideas, proyecciones, e incluso listas de jugadores potenciales que podrían haber sido enviados a Houston a cambio de Clemens.
Conforme a esta versión, ambas partes sabían que tan cerca estuvo Clemens de firmar con los Medias Rojas en marzo, y lo que había pensado con respecto a terminar su carrera adonde había comenzado.
De modo que los dos equipos se dejaron llevar por esta ruta más allá de lo común — hasta que faltaban sólo dos horas para la fecha límite de cambios.
Sólo hubo una razón por la que no siguieron esta ruta — McLane no se los permitió.
Esta versión cuenta que Clemens habló con McLane este fin de semana acerca de los problemas del equipo. Fue una conversación que podría haber terminado con McLane preguntándole: "¿Te parece que debería cambiarte?".
En cambio, debe haber terminado con McLane hablando con su optimismo de siempre de cómo el Cohete y sus compañeros harían otro milagro. La idea de cambiar a Clemens no debe haber pasado por la cabeza del dueño.
Dado el cariño que le tiene a su ciudad de origen, a sus compañeros e incluso a su dueño, Clemens nunca abordaría ese tema por su cuenta. Nunca pediría que lo liberen. Él no es así.
Él es quien eligió jugar para Houston en lugar de para cualquiera de esos tres equipos, por supuesto. Y lo hizo sabiendo que los prospectos de postemporada de aquellos eran mejores que los de los Astros.
Así que fácilmente podrías decir que tuvo su oportunidad de jugar en otro lado, y que ahora debería respetar su compromiso con el equipo que eligió. Adelante. Piénsalo. No te daremos pelea.
Pero también existe una obligación de la otra parte, obligación que todo equipo le debe a un jugador de la talla de Roger Clemens.
Obviamente, todos en Houston tienen una visión de cómo el Cohete merece concluir su impactante carrera. Y, obviamente, no es esta.
Este sábado en Arizona, Clemens llevará su efectividad de 2.09 (y su engañoso registro de 2-4) a la lomita — para un equipo que por el momento se encuentra a seis juegos de conseguir el pasaje comodín, con 17 juegos bajo .500 desde su apertura de 19-9, con un registro aún peor desde el 4 de mayo (30-47) que el de los Reales (31-47).
Y siempre que se diga de tu equipo algo como "con peor registro que los Reales", sabes que estás en problemas. O deberías saberlo de todas maneras. Pero, claramente, el dueño de los Astros no lo sabe. No lo ve. No quiere verlo.
Así que si realmente hubo un acuerdo por firmarse con los Medias Rojas, ese acuerdo podría haber significado más que dar a Clemens una mejor oportunidad. También podría haber ayudado a los Astros, al ahorrarles siete millones de dólares para invertir en jóvenes talentos. Dos jugadores. Tal vez tres.
Pero el propietario estaba aterrorizado de ser recordado por siempre como El Hombre Que Cambió A Roger Clemens. Y Clemens nunca querría ser recordado como El Hombre Que Abandonó A Su Ciudad De Orígen.
Así que todo tendría que haber sido manejado muy cuidadosamente. Pero podría haberse hecho.
Todo lo que Clemens tendría que haber dicho era que no estaba "abandonando" el equipo. Estuvo comprometido de por vida. Se iría por dos meses y luego regresaría a trabajar para los Astros durante el tiempo que lo quisieran, haciendo lo que fuera necesario.
Y todo lo que tendría que haber dicho McLane era que hacía esto porque quiere a Roger Clemens, porque le importa como persona, y porque quiere que su carrera termine como se lo merece — con otro viaje, o tres, al montículo en el Octoberfest del béisbol. Entonces todos se hubieran puesto a trabajar para que los Astros sean una mejor franquicia.
Podría haberse manejado así sin problema. Pero eso nunca pasó por la mente del propietario.
Así que ahora Clemens y sus compañeros de los Astros tendrán que pensar en un rol muy diferente al que estuvieron viviendo durante estas últimas seis semanas. ¿Pero, es posible?
Tienes que admirar el furioso esfuerzo que hizo Purpura durante estos últimos días al tratar de incorporar a jugadores como Miguel Tejada y Alfonso Soriano a un equipo que necesita un importante salto para salvar la temporada.
Pero la verdad es que probablemente la temporada de los Astros no sea salvable. Sí, las cosas pudieron parecer negras hace dos años (cuando tuvieron cinco partidos bajo .500 en agosto) y de algún modo los Astros se recuperaron llegando al Juego 7 de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional.
Y las cosas también parecieron graves el año pasado (16-31 en mayo) y sin embargo sobrevivieron para jugar su primera Serie Mundial. Pero nunca estuvieron así de mal.
Al menos esos equipos tenían cierto talento que a éste le falta. Al menos esos equipos podían dejarle una ventaja al bullpen y tener cierta seguridad de que luego podrían estrecharse las manos. Al menos esos equipos no eran los anteúltimos de la liga en corridas anotadas y últimos en slugging.
Este equipo es otra historia. No marcó corridas con Clemens en el juego en cuatro de sus cinco aperturas — y le echaron a perder salvadas en otros dos.
Es tan evidente que a este equipo le falta algo enorme y vital, que desplegó sus errores al mundo este fin de semana — al rastrear nombres tan poderosos como Tejada y Soriano ofreciendo a jugadores de alto perfil como Roy Oswalt y Brad Lidge a cambio.
No obstante, el dueño mantiene su ilimitado optimismo. Ve lo que quiere ver. Cree lo que quiere creer. Y cree, mayormente, que mientras tenga a Roger Clemens, nunca dejarán de tener milagros.
El optimismo es una bella cualidad en esta vida. Así que rueguen por que el optimismo de Drayton McLane sea recompensado — porque si esta vez eso no sucede, el único ganador de 343 partidos en la era de la división podría terminar su carrera en un estadio mitad vacío en Pittsburgh durante la última semana de septiembre, por un equipo sin nada más por qué jugar que por el equipo local.
Entonces la escena no se verá bien. Y la proyección tampoco es positiva hoy. Pero a medida que ese tiempo se acerque, ¿cómo olvidaremos que no tuvo que haber sido así?
Todo lo que tenía que hacer Drayton McLane para cambiarlo era sentir la necesidad de hacer lo correcto — por un pitcher que siempre hizo lo correcto por él.
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