SANTIAGO.- Para la Iglesia Católica, los miembros del Congreso Nacional han sido una vergüenza para el país y espera que, los que tomarán posesión el 16 de este mes, trabajen por la Nación. La consideración fue externada por la iglesia, a través del editorial de esta semana del semanario Camino, órgano de difusión escrita del catolicismo, titulado “Cerraron el telón”.
El vocero de la Iglesia Católica dijo esperar que los nuevos legisladores “hagan un desagravio a la Nación, por las torpezas cometidas contra un pueblo que busca construir una democracia real”.
A su juicio, en los actuales integrantes del Congreso Nacional, el pueblo dominicano acaba de ver una tragicomedia, cuyos miembros terminan el cuatrienio “con un triste final”.
“Sus acciones negaron la función de un legislador en un sistema democrático como el que tanto cacareamos”, sostiene el semanario católico Camino en su editorial de esta semana.
Dijo que, cuando la Nación reclamaba a gritos que no se aprobaran las máquinas tragamonedas, no escucharon a nadie; cuando se pidió que no siguieran dividiendo el territorio nacional en pedacitos, creando nuevos distritos municipales, municipios y provincias, se hicieron los sordos.
“Cuando exigíamos que no aprobaran la construcción de la isla artificial, aprovecharon las horas de la noche y así despertamos con una nueva burla; mientras la clase trabajadora pasa calamidades con sueldos de miseria, ellos legislaran para sí, poniéndose pensiones irritantes y provocadoras”, agregó.
Tras recordar que aún así se llaman representantes de una población que los eligió para servir, “muchos de ellos legaron al Congreso fruto de enajenar a los más pobres con prebendas y dádivas y así cubrir miserias centenarias, ocultando injusticias sociales y perpetuando privilegios escandalosos”.
“Por vivir de espaldas al pueblo han ido perdiendo credibilidad; con algunas excepciones, la imagen que proyectan los legisladores es muy penosa”, sostiene.
El semanario Camino espera que los nuevos legisladores trabajen por el país, “que hagan un desagravio a la Nación por las torpezas cometidas contra un pueblo que busca construir una democracia real”.
“Que en el año 2110, cuando cierren el telón, podamos aplaudirlos y no nos dejen con el sabor amargo de ver tantos zarpazos que todavía nos tienen atónitos y llenos de dudas que no encuentran respuestas”, concluyó.