La Asociación Nacional de Restaurantes planteó al Gobierno que el cierre obligatorio a las 12 de la noche reduce el tiempo real de servicios a unas dos hora, por lo que la operación de estos negocios no es sustentable lo que explica una caída de las ventas entre el 25 y el 40%, situación que muchos de sus miembros no podrán soportar por mucho tiempo y provocará la pérdida de miles de empleos y la quiebra de muchas empresas. La entidad, que es miembro de la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes (ASONAHORES), sostiene que si se extiende el horario dos horas más, se preservaría el trabajo de cientos de miles de personas y miles de establecimientos que comienzan a ser golpeados con las medidas que considera muy drásticas.
Explica que comer en un restaurante necesita tiempo y un ambiente libre de presiones. “Cerrar un restaurante a las 12:00 de la noche obliga detener el servicio de cocina y de bebidas a las 10:00 de la noche, porque una cena consume alrededor de dos horas. Esto nos deja de 8:00 a 10:00, aproximadamente, una sola tanda hábil para servir y constituye un desestímulo para acudir a un restaurante. Además, después que sale el último cliente, hay que limpiar, fumigar y hacer una serie de labores internas”, puntualiza.
En una carta pública dirigida al presidente Leonel Fernández, indica que la mayoría de los restaurantes no cierran en las tardes o abren al iniciar la noche, “pero en Santo Domingo y Santiago, por ejemplo, la mayoría de los clientes llega a partir de las 9:00 de la noche y esto ocurre porque las labores terminan después de las 6:00 de la tarde, por la ampliación de la jornada laboral, por la extensión de las zonas urbanas, la complicación del tránsito y otros motivos similares”.
Manifiesta que la restricción de horario implica, además, negar a los dominicanos y visitantes extranjeros la oportunidad de visitar un restaurante después de concluir una actividad nocturna, ya se trate de un evento social o una actividad de negocio, una práctica habitual en todas las ciudades del mundo.
Propone al Gobierno que se permita servir a los restaurantes que no sirven alcohol y se instruya a las patrullas nocturnas a no ingresar a los locales en actitud hostil y con armas largas, a menos que sea imperativo.
Asimismo, instan a las autoridades a aprobar regulaciones para desestimular el consumo de alcohol a los automovilistas y actuar con rigor contra el ruido excesivo en las vías públicas y el uso de las calles para actividades comerciales.
“Por estas y otras razones pedimos al Presidente de la República que nos escuche y nos permita colaborar en el diseño de un ordenamiento sostenible, que concilie los objetivos que todos compartimos con la realidad social y el desarrollo de un país cuyo principal sector económico es el turismo”, señala.
Agrega que respalda las medidas dispuestas por el mandatario para preservar la seguridad de los ciudadanos y los turistas, pero aclara que la economía nacional se sustenta principalmente en el turismo y uno de los principales atractivos dominicanos es la calidad de su oferta gastronómica.
“Debemos conservar este atributo manteniendo la seguridad en las calles para dominicanos y turistas, pero no es acertado que los lugares públicos queden desiertos. Nuestros restaurantes constituyen la más importante oferta complementaria para el turismo en Santo Domingo, Santiago y en algunas comunidades turísticas.
Asegura que respalda que se mantenga la vigilancia en las calles y carreteras, pero sugiere que en las zonas turísticas como Ciudad Colonial, Malecón de Santo Domingo, Boca Chica, Sosúa, Cabarete y otras, se haga sin motivar una percepción negativa en los turistas.
“Solicitamos a las autoridades considerar la situación de los cientos de miles de familias que obtienen su sustento en miles de establecimientos y negocios legítimos, que deben ser preservados”, recalca la entidad.